¿Es realmente La liga de la justicia tan mala como todo el mundo dice?
Por JDRomero, @JD_Romero23
Que la guía de estilo para películas de DC Comics y Warner es un auténtico desastre es algo en lo que todos estamos de acuerdo. Que Christopher Nolan llenara las arcas de la productora con la trilogía del caballero oscuro y que a su vez Marvel hiciera lo mismo con un estilo mucho más fresco y dinámico parece haber vuelto locos a los ejecutivos de ambas mega compañías, que no dudan en cambiar, modificar y volver atrás y adelante el perfil de sus propias películas, siempre asustados por los posibles malos resultados mientras observan como a la competencia le va viento en popa con un material que es similar sobre el papel. Mientras que las tres películas de The Dark knight eran oscuras y remilgadas, Green Lantern imitaba el tono de Iron-Man convirtiendo a un personaje icónico en un auténtico despropósito que, además, se alejaba por completo del universo remilgado establecido por Nolan. Y eso era sólo el principio del caos.
Porque el lío en Warner / DC no había hecho nada más que empezar. Superman Returns resultaba una película decente pero completamente alejada de la obra maestra dirigida por Richard Donner en 1978, tenía todo para maravillarnos pero nos dejó levemente desangelados y sobre todo al tratarse de una especie de remake no oficial de la primera e inolvidable incursión con Christopher Reeve. Y algo parecido ocurrió con Man of steel en 2013, la película tenía sus momentos, un villano brillante interpretado por el siempre magnífico Michael Shannon y una preciosa fotografía… pero seguía faltando algo, de algún modo los fans no acababan de disfrutar del todo de lo que se les estaba entregando. Pero en Warner y DC pensaron que algo no podía fallar cuando se trataba de generar dividendos en la(s) empresa(s) y decidieron crear lo que en teoría sería el sueño de cualquier nerd; una película que enfrentase a Batman contra Superman. Y si bien así era en la teoría en la práctica encontramos una película con momentos preciosos, otros soporíferos y otros en que no somos capaces de dilucidar muy bien qué es lo que nos quieren decir. De nuevo los fans divididos. Peor aun es lo que ocurría con Suicide Squad el mismo año. Un casting acertado y una campaña de marketing brutal para una película sin mucho sentido, más preocupada por dar una imagen cool que por ofrecer un producto digno, tanto que tan sólo un año y pocos meses después de su estreno ya está completamente enterrada y olvidada.
El respiro llegaba con la adaptación de Wonder Woman, un largometraje que no inventa nada pero que sencillamente funciona, no se da importancia, es entretenida, lógica y ofrece diversión dentro de su ejecución mecánica y previsible. Los ejecutivos respiraban aliviados y decidían tratar a Justice League del mismo modo; un toque un poco más ligero y cercano a los cómics clásicos y alejado de la pretenciosidad de Nolan y las abstracciones del propio Snyder. Pero como suele pasar en el universo cinematográfico de DC no todo iba a ser tan fácil; la hija de Snyder se suicidaba a mitad del rodaje, Henry Cavill (Superman) tenía que rodar con bigote puesto que a su vez estaba en la plantilla de Misión imposible con otro look y cuando el director entregó la película los productores se dieron cuenta de que era demasiado oscura. La solución pasó por rodar ciertas escenas más ligeras con Joss Whedon cuando la cinta ya se había terminado en teoría, borrar el bigote de Cavill digitalmente e intentar que diera un producto ecléctico pero cohesionado, básicamente lo que logra Marvel con la mayoría de sus filmes. Por si fuese poco, hay un cambio en el peso de Ben Affleck entre las tomas de un director y de otro con lo que en las de Snyder está más delgado y en las de Wheddon está con bastante más peso, y se nota.
Y el resultado fue el que -casi- todos conocemos; una película irregular, con un casting magnífico, un villano lamentable y cierto equilibrio entre escenas serias que pretenden ser trascendentes y un ligero toque de humor (añadido más tarde) y que corresponde a la parte de Whedon. La cuestión es que la película tiene un sabor a cómic mucho más pronunciado que la mayoría de incursiones de DC en el cine (mano a mano con Wonder Woman), es completamente intrascendente de manera voluntaria pero nos regala algunas escenas bastante potentes y llenas de belleza.
Para la mayoría de fans, la película podría ser muy buena si se hubiera estrenado en 1997 (incluyendo gran parte de los efectos especiales) y para otros sin embargo es una película divertida, llena de acción, donde se van presentado los personajes de manera efectiva (aunque mucho menos que en Los vengadores) y en la que todos y cada uno de ellos tiene su momento. hay cierta química, y si no supiéramos que hay dos directores igual habría menos quejas. Y es que si intentamos ser objetivos no podemos decir que Thor; el mundo oscuro sea mejor, y sin embargo recibió mejores críticas. Bien es cierto que no es lo mismo la segunda entrega del Dios del trueno que nada más y nada menos el peso que debería tener la primera película del súper grupo de DC por excelencia pero aun así la película tiene momentos salvables y no es peor que Batman vs. Superman dentro de la enorme diferencia de concepto que hay entre ambas aun perteneciendo al mismo universo.
La liga de la justicia tiene un patrón de ritmo mucho más acertado que El amanecer de la justicia y sin embargo conserva algunas imágenes preciosas al estilo de esa película, todo sello de Zack Snyder. De ese modo, si la cinta supone un ejercicio mucho menos redondo de lo que se espera de un hito histórico de estas características (al fin y al cabo estamos hablando de Superman, Wonder Woman, Batman, Cyborg y The Flash juntos) bien es verdad que sus poco más de dos horas de duración se pasan volando y con la sensación de estar en un cómic de la infancia. Sentimientos encontrados en una cinta cuya crítica ha sido tan despiadada que uno va a al cine esperando ver el peor largometraje de la historia y descubre que es mejor que las segundas partes de Iron-man o Thor, películas que recibieron muchos menos varapalos. Así que, de la misma manera que Wonder Woman era aceptable y también más que sobrevalorada, Justice League es una película decepcionante que sin embargo funciona mejor de lo que sea ha dicho. Un film intrascendente con el que entretenerse dos horas y que cumple un cometido prácticamente similar a los patinazos de Marvel. No deja de ser triste que de una adaptación de DC sólo esperemos que entretenga, pero al menos esta lo hace y con creces.
No es ni mala ni buena, cada uno tiene sus preferencias, yo sinceramente soy mas de los vengadores