Doce razones para volver a ver Asterix y las doce pruebas
Por JD Romero, @JD_Romero23
Hay algo en común cuando se trata de señalar una de las mejores películas de animación por parte de la mayoría de personas nacidas en la década de los setenta y los ochenta y se trata de Asterix y las doce pruebas. Incluso cuando se menciona el largometraje y el receptor no ha pensado en la cinta en los últimos veinte años hay algo especial que se enciende en su mirada, una vuelta a lo mágico de la infancia y la época en la que aún se nos permitía soñar de veras. Es algo parecido al recuerdo que nos trae la trilogía original de Star Wars pero restando toda la mitificación y el merchandising exagerado.
Y no es para menos, revisionando la película hemos redescubierto una joya tan fresca, divertida e incaduca que aprueba en todos y cada uno de los apartados en los que se la pueda juzgar y que incluso crece con el tiempo, debido a los matices que eramos incapaces de leer cuando la vimos en la niñez. Una película justamente repuesta una y otra vez en televisión (aunque cada vez menos, quizás debido a su antigüedad) y que justifica los cientos de veces que la pudimos ver en su día, al menos en mi caso.
En uno de esos flashbacks que nos suceden de vez en cuando tuve el impulso de volver a ver esta película, con un miedo sincero de encontrarme algo sencillamente fruto de su tiempo y que quizás había perdido valor con el paso de los años y nuestro supuesto paso a la madurez. Nada más lejos de la realidad, si la disfrutaba durante mi niñez en los ochenta y los noventa la he vuelto a disfrutar ahora, en medio de la treintena, descubriendo una película sencilla pero mordaz donde no hay lugar para un sólo segundo para el aburrimiento. Sin más dilación os dejo con doce razones para volver a ver Asterix y las doce pruebas:
-La historia
La historia de Asterix y las doce pruebas es original, no aparece en ninguno de los cómics escritos por René Gosziny y Albert Uderzo y sin embargo es la más popular y reconocida, seguida a Asterix el galo, La residencia de los Dioses (que ya revisamos aquí en CIBASS), Asterix y Cleopatra (hablando de las incursiones en la animación). La película fue escrita y producida por los autores y la historia sigue siendo fresca, completa, divertida y enriquecedora. Una fábula atemporal que se estrenó en Francia en 1974 y poco después en el resto del mundo con una fantástica recepción. Referencias culturales de todo el mundo en una película genial inspirada en los doce trabajos de Heracles.
-Los personajes
El film es tan completo que incluso hay una presentación formal de cada uno de los personajes de la aldea al comienzo de la película. Más allá de los dos protagonistas principales, cada uno de los personajes tiene una personalidad completamente definida y diferenciadora, normalmente en forma de parodia y que da lugar a un grupo tan variopinto como vistoso con un rasgo común; les encanta patear romanos. Todos los personajes (especialmente a los que se tienen que enfrentar en las pruebas) tienen algo vistoso y casi hipnótico, convirtiendo cada una de las verificaciones de si son dioses o no en un auténtico placer.
-Los recursos estilísticos
Llama la atención poderosamente (y más para tratarse de una película con más de cuarenta años) la infinidad de recursos estilístos rompedores que se muestran. Asterix mirando a cámara, saludando en diferentes idiomas, referencias actuales y un sinfín de recursos que adornan, mejoran y perfeccionan una producción, creando un producto adelantado a su tiempo y plenamente disfrutable hoy día.
-Las pruebas
Lo más granado del mundo en doce pruebas en las que vencer: correr más rápido que Asbestos el griego, lanzar una jabalina más lejos que Verses el persa, derrotar en lucha a Cilindric el germano, cruzar con éxito el lago en el que se encuentra la isla del placer, poder con la mirada de Iris el egipcio, comer todos los platos de Mannekenpix el belga en su restaurante, sobrevivir en la cueva de la bestia, encontrar la forma A-38, cruzar un río en la cuerda invisible, responder al acertijo de el venerable de la cumbre, dormir en la llanura embrujada y sobrevivir en el circo romano. Todo tipo de pruebas, todas divertidas y con multitud de referencias culturales de la época.
-La animación
Otra de las cuestiones más llamativas del largometraje al revisitarlo es que en él no encontramos esa animación tosca de las producciones de su época. Es fluída, los dibujos son maravillosos y si bien notamos los trazos de los lápices eso no empequeñece en absoluto la maravillosa labor que es esta película.
-El humor
Aquí otro de los puntos que más destacan de la película, un humor que sigue siendo actual por irreverente y por no mostrarse fácil ni ridículo en la mayoría de situaciones. La mayoría de respuestas y chascarrillos siguen sacándonos una sonrisa y no se ven antiguos, simples o desfasados.
-El ritmo narrativo
La idea general de la historia permite un dinamismo inusual y un entretenimiento pleno. Los protagonistas van de prueba en prueba (algunas se hacen bastante cortas) y cada uno de los obstáculos a superar es más dificil e hilarante que el anterior. Es por ello que el ritmo de la película es endiabladamente rápido, algunas veces demasiado en una película que no se para a contarte nada y lo hace todo sobre la marcha.
-Caius Pupus
Sin duda uno de los personajes más llamativos y recordados de este largometraje. Caius Pupus es el arbitro (absolutamente imparcial) que envían los romanos para comprobar que Asterix y Obelix superan las doce pruebas con éxito, así como para guiarlos entre una y otra. Su absoluta frialdad y tranquilidad contrasta con la de los dos galos. Pupus acaba retirado en la isla del placer como agradecimiento por los buenos servicios prestados.
-El jabalí asado
Uno de los recuerdos que aún conservaba de esta película (y del resto de Asterix) era el maravilloso y apetecible aspecto de los jabalíes asados que comen los galos. Y nada ha cambiado; los jabalíes (también todos los platos de Mannekenpix el belga, por ejemplo) siguen teniendo ese aspecto tan sabroso que a uno le gustaría pasar un par de días en la aldea gala para poder probar tan suculento manjar.
-Una película atemporal
No deja de ser sorprendente que ver Asterix y las doce pruebas a más de cuarenta años de su estreno siga siendo un ejercicio estimulante, divertido y refrescante, mucho más que la mayoría de películas de animación actuales, por mucho que suene a topicazo. Ese detalle -junto a al resto aquí citados- convierten al film en una absoluta obra maestra del género.
-Diferentes lecturas
Las doce pruebas de Asterix es un largometraje para niños con muchas lecturas mucho más complejas y para otras edades. Desde la publicidad que hace el venerable de la cumbre de un producto de limpieza, las críticas al funcionariado, las alusiones al sexo y un larguísimo etcétera. Detalles que enriquecen el visionado de una cinta mucho menos sencilla de lo que la recordábamos y que crece con el paso del tiempo.
-La parte oscura
Por si Asterix y las doce pruebas no fuese lo suficientemente completa, en una película de animación, acción y humor hay un par de pruebas bastante oscuras y terroríficas, así lo eran durante mi infancia y -casi- lo siguen siendo. La primera de ellas es Sobrevivir a la cueva de la bestia y la segunda (la recuerdo con auténtico pavor): pasar la noche en la llanura embrujada, donde yacen los legionarios romanos caídos en batalla.
La veo una vez al año por costumbre y cada vez la disfruto igual o descubro nuevos de detalles.
Inolvidable e imprescindible
Siempre he pensado que Las doce pruebas de Asterix es una obra maestra y que al decirlo me contestarían que la sobrevaloro. Por fin veo que no…