Seis razones para ver la serie de El Exorcista
Por Redacción CIBASS, @CIBASS_Blog
Cuando se anunció oficialmente que la Fox iba a realizar una serie que sería una secuela oficial de El exorcista tuvimos sentimientos encontrados. Por un lado querer si quiera acercarse a aquella obra era imposible, por lo complicado que podía ser mejorarla o igualarla y porque, de hecho, ya se había intentado en numerosas ocasiones con desastrosos resultados en la mayoría de ellos. Por otro lado, la salud y la calidad de las series actuales y la perspectiva y profesionalidad con las que se trabaja en ellas en envidiable y no tiene parangón en la historia. En la mayoría de ocasiones -y aunque suene a ya leído- vemos mayor calidad cinematográfica en las series que en las películas y encima nos da una continuidad que no nos ofrece el cine, al menos no en tan corto espacio de tiempo.
No cabe ninguna duda de que la tarea era harto complicada. Los planos de un William Friedkin en estado de gracia, los diálogos, el maquillaje, los efectos de sonido. las interpretaciones y la fotografía (a cargo de Billy Williams) eran absolutamente inmejorables, con lo que incluso con toda la buena fe del mundo el proyecto podía salir desastrosamente mal. Por suerte y desde el episodio piloto hasta el número diez de la primera temporada nos damos cuenta de que la serie da la talla y merece mucho la pena, aun siendo consciente de que ni se puede acercar a la película a la que continúa. Desde el principio nos damos cuenta de que el tono es pretendidamente diferente aunque lo hace con todo el respeto del mundo y los guiños, homenajes y huecos rellenos se suceden hasta dar lugar a una serie que merece completamente la pena incluso para los fans que aceptan que la obra de Friedkin es inmejorable.
Dicho esto y viendo lo poco que se está hablando de la serie (incluso se ha planteado que sólo exista esta temporada de diez capítulos debido a las bajas audiencias) hoy desde Can it be all so simple nos gustaría daros seis razones para ver una serie a la que no se le está dando el sitio que se merece y no porque no tenga calidad, sino que por la razón que sea ha pasado desapercibida, tapadas por producciones de todo tipo que salen a la luz día sí y dia también. Sin más dilación, seis razones para ver la serie de El Exorcista, la digna continuación de una historia que sacudió a la sociedad en la primera mitad de los setenta y que hoy cuenta con una secuela en forma de serie que nos ha gustado lo suficiente como para dedicarle un más que merecido artículo en forma de listado.
1- Se completa la historia
No cabe ninguna duda es que la maravillosa adaptación de la novela de William Peter Blatty dejó un poso insuperable en la historia del cine de terror. Si bien entre el libro y la película dirigida por William Friedkin había numerosas diferencias, el filme fue tan trascendente que no sólo aterrorizó a varias generaciones, sino que se hizo con una inmensa base de fans por méritos propios y obvios.
La versión de la historia de Friedkin es maravillosa pero lógicamente finita, de modo que la serie completa muchas de las dudas que nos surgían al ver el film original, responde a curiosidades y nos da más ración de la historia. De algún modo es la respuesta lógica a las secuelas y precuelas de inferior nivel que sucedieron a la magistral obra de 1973. La serie indaga en la vida de Reagan, su familia y su madre y responde a como intentaron llevar una vida lo más normal posible dentro de la situación que padecieron.
2- Se aleja conscientemente
La serie de El Exorcista sabe perfectamente que es imposible mejorar a la película original, con lo que no imita el tono ni la forma. Tiene su propio estilo y aunque al fin y al cabo cuenta lo sucedido tras las historia original (de hecho con la niña protagonista como adulta) sabe tomar distancia para no tener ese sabor a imitación o refrito que nos acercaría a la película original pero a la vez siendo un desengaño. Su guía de estilo es más que respetable dentro de su puesta en escena pero es consciente de que tienen que valor como producto propio mucho más allá de continuar una historia ya mítica para el grueso de la sociedad.
3- Geena Davis
A pesar de que desde Thelma & Louise (que data del año 1991) no había hecho nada especialmente destacable, una casi olvidada Geena Davis se convierte en una de las mayores bazas de la serie. Primero como madre sufridora del trauma que es tener a una hija poseída, tema que ya conoce, sino también por el magnífico vuelco que da la serie en sus últimos capítulos y que deja en ella más aun todo el peso de la serie. Un redescubrimiento totalmente positivo que estamos seguros la volverá a situar en producciones cinematográficas de mayor nivel que Stuart Little.
4- La reacción social
En la película original de 1973, el tema del exorcismo de Reagan se hace con total discreción y queda reducido a unas pocas personas que sufren el tener que lidiar con un tema tan complicado e impredecible. En la serie toda la acción transcurre en la actualidad y con el conocimiento del mismo por parte de todo el mundo (gracias en parte a la policía, que se adentra en el tema como un elefante en una cacharrería) con lo que podemos ver las reacciones adversas de toda la sociedad en la actualidad ante un tema tan delicado. La reacción de la población ante una situación así está perfectamente tratada, desde los no creyentes que se postulan en contra, a los que sí como a las sectas que juegan como este tipo de entes.
5- Mejora el manido tema de los exorcismos
La triste verdad desde la película original de El Exorcista a principios de los setenta es que, aunque todos los años hay alguna cinta que toma el tema, ningún filme ha sido realmente bueno en lo que se refiere a obras que tocan este terrorífico tema. The possesion (2012) es aceptable y se aleja de los tópicos del género, El último exorcismo (2010) con un planteamiento más clásico también se deja ver y El exorcismo de Emily Rose (2005) es quizás la mejor de todas, con una excelente dirección a cargo de Scott Derrickson y una magistral interpretación de Jennifer Carpenter, eso aparte de las secuelas oficiales de El exorcista en las que encontramos de todo un poco. La serie significa un tratamiento serio, periódico y relativamente completo del tema con su propia mitología y universo.
6- El manejo de la tensión
Aunque con capítulos mejores que otros, la serie sabe perfectamente como manejar la tensión, la intriga y el suspense. Incluso en los capítulos en los que durante minutos parece no suceder nada realmente relevante acaba sucediendo un hecho que cambia todo y nos deja por querer más y más, hasta el punto de que acabamos por devorar la serie. Hay terror por momentos, misterio e incluso escenas de gore en una serie que resulta (del mismo modo que era la película original) un drama sobre una familia que intenta vivir y sobrevivir a un hecho de estas características.
No se acerca a la película original pero es una serie muy digna