The Deuce: David Simon, bacon, bourbon y porno en Times Square
Por JD Romero, @JD_Romero23
A menos que usted haya estado viviendo los últimos quince años en un cofre cerrado con llave en el fondo del mar sabrá que David Simon es el genio que cambió la televisión a lo que tenemos hoy. Este periodista de Baltimore nacido en 1960 es el creador de The wire, The corner, Treme, Generation Kill, Show me a hero y también la serie que hoy nos ocupa, aparte de varios libros inspirados en los trapicheos y tejemanejes que vio en sus más de veinte años como periodista de campo en su ciudad. Si decir que Simon transformó las series de un producto de consumo rápido a obras de culto es demasiado, queda claro que si fue el gran pilar en ese acontecimiento, uno de los nombres y apellidos esenciales en esa metamorfosis que hoy se disfruta a escala global.
Pero vayamos al grano, Times Square (al igual que Las Vegas) fue algo más oscuro y sórdido en sus inicios, antes de convertirse en un parque de atracciones artificial y vacío para turistas medios de todo el mundo, de esos que compran un imán para la nevera y un toblerone gigante en el aeropuerto. A pesar de las luces y el leve maquillaje, en los setenta Times Square era un nido de camellos, prostitutas y antros de mala muerte entre los que intentaban sobrevivir personajes de esa calaña, algunas veces tipos bastante peligrosos y en otras gente que se vio abocada a buscarse la vida entre callejones, cubos de basura de chapa y alcantarillas humeantes. The Deuce narra con la excusa del nacimiento de la industria pornográfica (en cuyos primeros capítulos solo se intuye) la Nueva York más sucia y busca vidas y lo hace del mismo modo que desarrollaba The Wire; con numerosos personajes principales y contando vidas paralelas que tienen cierto nexo de unión, todo complementado con todo tipo de detalles del día a día.
Y aunque comparar The Deuce con The Wire ya es razón de sobra para dejar lo que uno esté haciendo y correr a ver los capítulos ya disponibles hay que decir que entre similitudes y diferencias -muchas- la serie tiene valor por sí mismo, y si no fuese Simon quien la firma estaríamos igualmente ante un producto notable con todo el aspecto de ser reivindicada con el tiempo. Entre parrillas con hamburguesas y bacon, whisky de Tennesee destilado con maíz, cerveza barata, calles sucias, chulos y prostitutas se nos muestra una Nueva York descuidada e hipnótica dentro de su caos, con personajes definidos interpretados notablemente por James Franco (con doblete de gemelos), Maggye Gyllenhaal, Zoe Kazan o el rapero Method Man (de los legendarios Wu-Tang Clan).
The Deuce describe el germen de varios temas diferentes y bastante importantes (la industria del porno, el sida, el boom inmobiliario en la gran manzana, la viralización de la cocaína…) con pequeñas historias individuales a través de los cuales podemos identificarnos plenamente y empatizar con una situación concreta de la historia que está a punto de explotar -para bien y para mal- por varios frentes. Simon, perfecto conocedor del mundo de la calle y los seres que la pueblan, no tira por el camino fácil y no nos describe a los camellos, chulos y prostitutas como seres malignos sino casi lo contrario. Personajes con mala suerte que intentan sobrevivir en un momento y un sitio de la historia bastante arduo y que -en muchas ocasiones- se muestran de modo talentoso y creativo, alejándose del estereotipo que vemos en la mayoría de producciones para cine y televisión.
Simon ha vuelto a su estilo; haciendo menos ruido mediático del que se merece pero entregando una serie sólida, contemplativa, que coloca sus ladrillos con firmeza y con unos personajes a los que amar. Una serie madura que no juzga a los buscavidas y que se limita a narrar historias entrelazadas en las que caben todos los detalles para realmente sentir que estamos en aquella época y en aquel sitio con un trabajo más que afortunado de cámara, fotografía y casting. La elección de Curtis Mayfield para el tema principal es tan acertada como previsible y nos deja claro lo que el show promete. The Deuce es la serie que todos deberían estar viendo y debería copar nuestros debates sobre el tema entre cafés y whiskys pero parece que su sitio en ese aspecto es más cercano al resto de trabajos de Simon; el poso tranquilo y su lugar inamovible en la historia.
Ya no queda mucho para que termine 2017 y se puede decir que es la serie (o una de ellas) del año…
De David Simon veré hasta cuando escriba telenovelas venezolanas. Saludos