Sesión doble Grindhouse: Sharknado
Por Redacción CIBASS, @CIBASS_Blog
La serie b es el lugar donde vamos a buscar tesoros que raramente encontramos: Una joya australiana de terror que casi nadie conoce y que de momento resulta ser una decente película, una nueva de zombies que mejora en muchos aspectos a las producciones que se estrenan en cine o a The Walking Dead, pero no nos engañemos, esto casi nunca ocurre. Lo más probable es descubrir una basura infumable donde la única tara no es la falta de presupuesto (que solemos perdonar) sino un inexistente talento delante y detrás de las cámaras y la poca popularidad del producto se debe simplemente a que ninguna distribuidora decente quiere cargar con ello.
Los aficionados al cine no tenemos remedio, o al menos los que vamos un poco más allá. Vemos películas y películas desconocidas para acabar decepcionandonos con la mayoría de ellas; por cada Wyrmwood hay cien bodrios y por cada Posesión infernal (por poner un ejemplo de serie b clásica rescatada por una gran distribuidora y convertida en hit) hay horas y horas de ponzoña fílmica. Cientos de horas perdidas que si bien es tiempo que no vamos a recuperar en la vida tiene dos grandes ventajas: valorar mucho más cuando se hace buen cine y disfrutar plenamente cuando se materializa el descubrimiento de la película desconocida con cierta calidad.
Como saben o deberían saber, Asylum es una productora de cine estadounidense especializada en películas de terror y ciencia ficción que generalmente edita filmes directos para vídeo de temática parecida a las producciones de los grandes estudios. El estudio ha realizado versiones baratas de La guerra de los mundos, de Transformers (obviamente cambiando los nombres) con la característica de que en un sólo día se graban hasta quince páginas de guión, lo que significa una grandísima velocidad. Obviamente el resultado es el que podéis imaginar: efectos especiales amateur, música genérica e impersonal, actuaciones de tercera, montaje incongruente y una pésima dirección, pero lo más increíble es que The Asylum nunca ha perdido dinero con alguna de sus películas, cosa que ni la mayoría de grandes estudios puede decir. La productora a menudo actúa simplemente como compañía mercenaria, si una distribuidora de películas de temática religiosa les dice de cambiar el guión de algún film para que se acerque al mensaje de Jesús pues eso se hace, al fin y al cabo quien paga manda.
Lo curioso de Asylum es que han conseguido lo que casi ninguna productora de tercera regional ha logrado: viralizar mundialmente una película de serie z y que esta sea emitida en canales fuertes de todo el mundo. La película afortunada fue Sharknado, curiosamente una obra no plagiada de ninguna de mayor presupuesto y en la que unos tornados formados en el mar y cargados de tiburones irrumpen en la soleada Santa Monica, causando el pánico en actores que vienen de Beverly Hills 90210 y de las cloacas del cine de bajo presupuesto. Esta rocambolesca temática (acompañada de un resultado sin calidad pero con entretenimiento) hizo que en internet, prensa escrita, televisión y radio se hablara de la película en que los tornados llenos de tiburones y la loca gente a la que se le había ocurrido, lo que les llevó a realizar una segunda parte y otra tercera que se espera en breve (y que analizaremos para vosotros en cuanto salga).
Centrándonos en nuestra historia como web cultural tenemos que decir que normalmente nuestras sesiones dobles y triples Grindhouse tratan películas mucho más antiguas, aunque todas con cierto sabor auténtico por uno u otro motivo. Sean de una época u otra todas nos parecerían lógicas dentro de una sesión doble o triple en un cine de barrio: de la Hammer a Bud Spencer o Lee Van Cleef, películas con sabor y aroma como diría Furillo.
Hoy desde Can it be all so simple en nuestro afán masoquista de ver cualquier cosa que pueda significar un descubrimiento (cosa que en la era de internet y con toda la información existente no tiene mucho sentido) en la mezcla perfecta entre calidad fílmica con presupuesto ínfimo. La sesión doble de Sharknado que nos aseguró más risas que cualquier comedia de los últimos años y sin pretenderlo, que tiene más mérito.
Sharknado (2013)
Con la cochambre actoral que significa Ian Ziering (de Beverly Hills 90210), Tara Reid o el más respetable, aunque curtido en todo tipo de batallas filmicas, John Heard. Un reparto de estrellas de segunda buscando dar el salto de nuevo mientras aceptan proyectos de este tipo, acción-reacción que parece complicada y más bajo la dirección de Anthony C. Ferrante; director experimentado en la serie b de la serie b.
La película se mueve entre la cutrez más absoluta (dirección nefasta, actuaciones pésimas, incoherencias en el guión) y la diversión total y es que a pesar de todos los fallos que le podamos encontrar el filme supone noventa minutos de honestidad y risas. Sharknado es consciente de su papel de placer culpable y en algunos momentos (como cuando el suelo está mojado y de momento está seco) no sabemos si nos están tomando el pelo, si son unos ineptos o un poco de las dos cosas.
Orgullosa de su naturaleza va directa al grano con sangre, tiburones digitales y un ritmo narrativo endiablado en un producto tan bizarro como efectivo: Sharknado da lo que promete y se convierte en una obra perfecta para una tarde de amigos (absténganse aquellos que se toman en serio a sí mismos) y pizzas con bacon. Los tornados normales nunca más nos darán miedo.
Sharknado 2
Desde el comienzo de la película vemos que todo pinta mejor. Mejores efectos especiales (aunque sigan cantando a digitales son mejores), cameos de un montón de gente, un guión más lógico y más diversión si cabe. Esta vez nos desplazamos a la ciudad más importante de la otra costa: Nueva York, donde volverán a suceder fenómenos climáticos similares a los de la anterior entrega pero de mucha mayor índole, ya saben que en la ciudad que nunca duerme todo es mejor y más grande.
La en otro tiempo sexy Vivica A. Fox y Kelly Osbourne, Billy Ray Cirus o el luchador Kurt Angle acompañan a Ian Ziering y Tara Reid en una aventura mejor, más divertida, más exagerada y con el mismo punto de no tomarse nada en serio que la primera parte. Todo está amplificado y todo parece un poco más perfecto dentro de la cutrez natural que exhibe orgullosa.
Sharknado 2 es más surrealista, mostrando escenas de acción que nos parecerían complejas hasta para una producción de Marvel y que sin embargo las llevan a cabo con sus efectos especiales de tercera, toda una declaración de intenciones. Si la primera Sharknado era un orgasmo de serie z esta lo es aun más ya que si la anterior era poco comedida esta lo es menos todavía. El culmen a una sesión doble de serie-z actual para acompañarla de amigos y alimentos de los que te quita el médico al pasar los treinta años.
¡Saquen sus motosierras!