Clear History: Larry David, Michael Keaton y Danny McBride quieren meterle fuego a tu casa
Por JD Romero, @JD_Romero23
Podríamos decir que el canal HBO cambió (y luego reinventó) la televisión. Lo hemos dicho en multitud de ocasiones a lo largo de diversos artículos que trataban aspectos importantes en algunas series de culto, como ‘True Detective‘ y ‘Los Soprano‘, y a pesar de que seguimos manteniéndolo, podríamos aplicar ciertos matices. Por ejemplo el de conceder el mérito a los pioneros del formato. Las raíces actuales de las series que consumimos vienen determinadas de un esquema de producción desarrollado por una productora llamada MGM formada por la actriz Mary Tyler Moore y su marido Grant Tinker.
Ellos se encargaron de crear ese estándar de facto en el que se basa cualquier serie de éxito actual. ¿A que podríamos llamar una serie de ‘éxito’? básicamente los entendidos determinan tres factores fundamentales:
1-Nace desde una visión artística.
2-Se desarrolla gracias al trabajo de una gran mente creativa (o un conjunto de ellas).
3-Se hace fuerte con una apuesta por una producción de grandes recursos y financiación.
Y en base a esto, la HBO se decidió a apostar por series que tuviesen el suficiente potencial como para volverse contenido de culto. El salto cualitativo se produjo en 1997 cuando la HBO decide dejar de ser un canal de emisión por cable de segunda divisón dedicado a eventos deportivos y construir productos televisivos de altísimo valor añadido. La apuesta se basará en los postulados de la escuela MTM: ecosistema de personajes y relaciones articulados en un gran trama central, otras tramas secundarias complementarias que se desarrollan en paralelo, profundización en personajes secundarios, etc. La fórmula existía y funcionaba. Y además ya estaba probada. Era el entorno ideal para dar el gran salto. Y la HBO lo hizo con ‘Oz’ y le funcionó.
El resto es historia de la televisión. Ahora los antecedentes quedan medianamente claros. ¿Podría exportarse la fórmula MTM-HBO a formatos cinematográficos?
Con esta pequeña introducción queda algo claro: vamos a consumir casi cualquier cosa que venga con ese sello de tres letras, de modo que cuando llegó a mis ojos esta película autoproducida para televisión mi cerebro no podía tomar otra decisión que verla. En CIBASS descubrimos que apenas se ha escrito sobre este filme en castellano, de modo que hicimos una pequeña reunión en la redacción y pensamos que había que hacer algo al respecto.
A priori todo pinta bien, tenemos a la HBO, a Larry David, a Danny McBride (de la desternillante ‘Eastbound & down’), a Michael Keaton, a Kate Hudson y a Eva Mendes, entre otros. No veía ninguna razón para no verla (y al contrario sí, muchas para verla), a pesar de ser una de esas películas de las que nadie te habla.
Lo primero que llama la atención es un casting sobresaliente para un filme que no se estrena en cines y que -ni siquiera- tiene grandes pretensiones más allá de entretener, nuestra productora favorita tiene poder y puede contar con -casi- quien quiera para -casi- cualquier proyecto y esto tiene su parte negativa (que crea expectativas) y la positiva ( que con este plantel de actores y comediantes merece la pena casi todo).
La historia es sencilla y efectiva: Nathan es un supuesto genio del marketing que abandona su empresa (de fabricación de automóviles) tras una discusión con su jefe por el nombre de un nuevo modelo de coche. Pero Nathan no tiene suficiente con dejar la empresa, sino que también decide vender sus acciones, el coche del que renegaba se convierte en un negocio multimillonario y nuestro protagonista en un completo idiota para todo el mundo (incluidas bromas y chascarrillos sobre su persona en TV). Considerado un fracasado, abandonado por su mujer y vapuleado por la opinión pública, Nathan cambia de identidad y de look y se muda a una pequeña isla con la intención de vivir tranquilamente en el anonimato, acompañado por sus nuevos y simplones amigos. Todo parece sencillo hasta su ex jefe y ahora multimillonario decide hacerse una mansión de vacaciones en la isla, de modo que Nathan idea un escandaloso plan contra el empresario, temiendo por el descubrimiento de su verdadera identidad.
Visionando la película tenemos la sensación de que es algo así como un spin off de la serie ‘Curb your enthusiasm‘ (la del propio Larry David, protagonista de este filme) donde al igual que Woody Allen en sus películas se limita a hacer de sí mismo en distintas situaciones, lo cual no es negativo puesto que David tiene suficiente carisma y personalidad como para hacer de Larry David siempre (como le vimos en la genial ‘Si la cosa funciona‘, dirigida por Allen precisamente). Nuestros protagonistas se ponen al servicio de esta sencilla pero efectiva comedia de enredos de corte clásico, en el que un supuesto gurú del marketing se rodea de paletos y acaba metiéndose en un lío tan gordo del que no sabe como va a acabar saliendo. Contraste de personalidades, América profunda y la idea de a donde es capaz de llegar una persona para que no se le vuelva a tener por perdedor, aunque esté llevando ya una vida de ese modo. Lo que importa no es lo que eres, sino lo que digan que eres.
En cuanto a la dirección no se puede decir que la HBO haya arriesgado, encontramos tras las cámaras a Greg Mottola, del que ya vimos la divertidísima ‘Supersalidos‘, la genial ‘Adventureland‘ y la entretenida ‘Paul‘, un director que es apuesta segura, lo cual va perfectamente en consonancia con el casting de la obra.
Podríamos decir que ‘Clear history’ es una buena comedia para un día entre semana, llegas cansado del trabajo y quieres algo que vaya al grano, con unos actores carismáticos (genial el sobreactuado Keaton, aunque para nosotros siempre será Batman) divirtiendose en un entorno apacible donde de momento parece que todo está a punto de estallar. La comedia se basa en sus actores protagonistas y el carisma personal de los mismos, de modo que si no eres fan de la HBO ni de Larry David o Danny McBride ni se te ocurra ponerte a verla, si la respuesta es la contraria sabemos que vas a ponerte a buscarla antes de que yo termine esta frase. Si los perdedores van a ser tan divertidos como en esta película entonces pediremos a Dios un mundo lleno de ellos.