‘Undisputed Truth’ Mike Tyson contra el micrófono
Fue un campeón absoluto para todos nosotros. La cara del éxito, del sacrificio y de la lucha por dejar de ser pobre. En un enorme relato de bases marketinianas se nos ofreció el devenir de esa tremenda máquina de dar golpes llamada Mike Tyson. Gran boxeador, dueño de una pegada más que fulminante, con más potencia que técnica, se encumbró a si mismo como el mejor golpeador del mundo dentro de un cuadrilatero. Como en cualquier buena historia de ‘self-made man‘ de la industria del deporte y el espectáculo (que a veces son la misma industria), su ascenso desde el ghetto hasta el olimpo de los boxeadores estuvo plagado de escándalos, excesos, juergas y problemas legales de diversos tipos. En ese auge y caída del ídolo había un gran relato que a nadie podría pasarle indiferente. Era cuestión de tiempo que alguien se acercara a ‘Iron’ Mike y le plantease la posibilidad de construir algo útil con ello. Solo Spike Lee se decidió a apostar por trabajar duro con el campeón para ayudarle a vencer en un buen combate de regreso: transformar a la bestia en un comunicador capaz de exponer el mismo su ‘rise & fall’ particular: Undisputed Truth.
Termina DJ Clark Kent de hacer scratch con su camiseta de Patrick Ewing y su gorra a juego de los Knicks, se apagan las luces y suena ‘Nature Boy’ del legendario Nat King Cole. Un foco se enciende sobre el escenario y con la clásica cámara grúa de Spike Lee vemos la silueta de un solitario Mike Tyson sobre el escenario, como si de una metáfora de su vida se tratara.
‘Undisputed truth’ es la última batalla de ‘Iron’ Mike Tyson, escrito por su mujer Kiki Tyson y dirigido por Spike Lee, este monólogo intercalado por imágenes (sobre una pantalla a su espalda) es la biografía del legendario púgil en primera persona y sobre un escenario.
‘Iron Mike’ pasa por todos los capítulos de su vida, desde su infancia en el ghetto con un padre ausente (un ‘pimp’) y una madre alcohólica, a la vida en el ghetto de Brownsville (Brooklyn) o las peleas callejeras desde los 10 años, su relación con su primer entrenador y lo más parecido a una figura paterna (Cus D’amato) hasta convertirse en el boxeador más jóven en conseguir un título mundial de los pesos pesados. Ha sido condenado por violación (falsa acusación, según él mismo), descubrió a un jóven Brad Pitt conduciendo el coche que él mismo había regalado a su mujer, fue saqueado hasta arruinarse por Don King y mordió la oreja de Holyfield para después hacerse su amigo, todo eso aderezado con clínicas de desintoxicación, ‘Rolls Royces’ de 350.000 dólares, compras de prendas de lujo a las 4 de la mañana y tatuajes en el rostro.
Tyson narra ceceando sus altibajos en una vida donde ha pasado de todo y en relativamente poco tiempo, una monólogo con toques de humor en el que al final sientes de todo menos ganas de reir. ‘Undisputed truth‘ es un plato agridulce del penúltimo juguete roto que intenta enmendar su vida a los casi 50 años con esta especie de auto exorcismo. Una persona que llegó a tener 400 millones de dólares y que logra que te compadezcas de él en poco más de 60 minutos: “Mi nombre es Michael Gerard Tyson y esta es mi verdad indiscutible, muchas gracias por haberme permitido compartir esta montaña rusa de emociones con vosotros“.
JD Romero
Cuando me decidí a ver el monólogo no tenía muchas esperanzas puestas en él. Me llamó la atención ver a Mike Tyson, un tipo aparentemente tosco, en esta faceta. Pero he de decir que me sorprendió gratamente. Quizás el trabajo de Spike Lee haya sido duro, pero lo cierto es que para un monólogo de 80 minutos, Tyson está muy a la altura.
Me encantó el documental, me parece un gran trabajo de producción, concepto y de coaching para poder enfocar bien a la bestia 🙂
Buen artículo, un saludo.
Ricardo.