Wrestlemania 32: the grandest stage of them all

Por Francis Rivilla, @FRHdFcS

El wrestling profesional es algo así como un deporte mezclado con espectáculo guionizado en el que se mezclan técnicas de todo tipo de lucha con artes escénicas. Las historias suelen desarrollarse con una serie de combates hasta que hay un ganador de las mismas y normalmente enfrenta a un luchador Heel contra un Face (uno inmoral y capaz de todo por ganar contra uno técnico y con una disciplina y ética tanto dentro como fuera del ring). Sus orígenes datan del siglo XIX y hoy no sólo es un espectáculo conocido a nivel mundial sino que, como en el caso de la WWE (antes WWF), incluso cotiza en bolsa, facturando millones y millones de dólares en entradas, pago por visión y licencias para todo tipo de productos de merchandising.

 

Como cada primavera, la WWE prepara el mayor evento del wrestling mundial con las mayores expectativas: ofertas en su propia plataforma audiovisual WWE Network, eventos especiales con combates de su sistema de desarrollo WWE NXT, sesiones meet and greet para acercar a las superestrellas  a sus fans, apariciones públicas en televisión (hasta en la sopa) de los wrestlers más conocidos… todo este esfuerzo buscando sus números de audiencia y asistencia record de cada año. Históricamente ha sido en Wrestlemania donde se han dado algunos de los combates más simbólicos e impactantes de la historia del wrestling: del legendario André el Gigante contra Hulk Hogan a The Rock contra Stone Cold Steve Austin, Bret Hart contra Shawn Michaels, Ricky Steamboat contra Macho Man Randy Savage o la mítica racha de victorias de The Undertaker (que este mismo 23 de abril podremos ver en Málaga) año tras año.

Esta vez y en pleno 2016, la superbowl del entretenimiento deportivo se ha celebrado en un estadio que ya albergó este espectáculo (la de verdad, la de la NFL) en 2011. El AT&T Stadium en Arlington, Texas, lugar donde juegan los Dallas Cowboys de la NFL,  tiene una capacidad máxima de 105000 espectadores y el Mania de este año promete un estadio a reventar de público. Todos los storylines y la planificación anual de los creativos de la empresa morirán aquí para renacer en el Monday Night RAW de la noche siguiente. Es por ello que Wrestlemania además de ser el momento más importante en cuanto a combates es donde se dan por finalizadas las historias (o storylines) más importantes del año y donde todo ello se combinarán con la pirotecnia, la iluminación, la música, las estrellas invitadas y toda la parafernalia que rodea a uno de los espectáculos más naturalmente americanos, para bien y para mal.

 

A decir verdad y yendo un poco al grano, el cartel del evento de  este año está compuesto por infinidad de parches. La cantidad de superestrellas lesionadas de nivel main event ha hecho que esa planificación sea reescrita varias veces para llegar al menú que nos ha presentado la compañía de los McMahon en la noche del 3 de Abril. John Cena, Randy Orton, Seth Rollins, Cesaro o Neville han estado apartados de los storylines por lesión a los que habría que sumar Bray Wyatt con sus rumoreadas molestias en la espalda que no le permitieron enfrentarse a Brock Lesnar en el evento Roadblock en Toronto hace tres semanas. Dicho esto y tras todas las modificaciones antes planteadas nos disponemos a disfrutar del llamado mayor espectáculo del mundo, el All Star de la NBA adaptado al wrestling y el más y mejor de la lucha libre mundial.

Entremos en materia: tras la pirotecnia de rigor, los videos de refrito y el himno de enaltación yankee nos llega el primer combate de la velada, el ladder match (combate con escaleras) por el Título Intercontinental. Kevin Owens defendía su título, en lo que él llamaba KO Mania, contra The Miz, Stardust, Dolph Ziggler, Zack Ryder, Sin Cara y Sami Zayn. Sobre el papel era una interesante propuesta y como apertura no defraudó: fue un combate con un ritmo frenético, maniobras casi imposibles en ocasiones y mucha acción por parte de los siete luchadores. Sami Zayn llevó gran parte del peso del combate mientras que, para sorpresa de muchos, Zack Ryder se llevó el título a casa.

Una breve presentación en video nos cuenta  como se ha desarrollado la relación amor/odio de Chris Jericho y AJ Styles para llegar a verse las caras en el ring por cuarta vez desde que AJ debutara el pasado Enero en el Royal Rumble. El combate en sí hizo que bajara el ritmo en un encuentro de alternancias que acabó resolviéndose a favor del veterano Chris Jericho. Es un interesante juego de estilos aunque a Jericho le pesan un poco los años (y los kilos de más). En mi opinión, este ha sido el mejor combate que le hemos visto a estos dos en los últimos tres meses.

Tras una entrevista entre bastidores a Zack Ryder sobre la consecución del Título Intercontinental, vemos en el escenario una gran caja de cereales BootyO’s de donde saldrán The New Day disfrazados con los uniformes de las fuerzas especiales de Dragon Ball Z con cuernos de unicornio en la frente. Esta es una de las entradas más originales de los últimosThe New Day. Los actuales Campeones por Parejas se enfrentaban en un handicap match (combate donde una de las partes posee ventaja numérica) a La Liga de las Naciones formada por Sheamus, King Barrett, Alberto del Rio y Rusev. El combate no tiene mucha historia: los cuatro extranjeros aprovechan su ventaja numérica para vencer a los unicornios en un espectáculo de golpes y contras. Para celebrar la victoria, King Barrett corta una promo diciendo que no hay equipo de tres luchadores que pueda con ellos… gran error. Suena la música de Shawn Michaels y ahi que sale The Heartbreak Kid. Esta es una de esas sorpresas a los que nos tienen acostumbrados en el Mania. Tras Michaels aparece Mick Foley y, tras este, Stone Cold Steve Austin para que el estadio se caiga. King Barrett es arrastrado fuera del ring por The New Day y los Hall of Famers aplican sus golpes finales a La Liga. The New Day sube al cuadrilátero para celebrar y parece que Shawn Michaels y Mick Foley están por la labor de contonearse peeero Steve Austin le aplica el Stunner a Xavier Woods y vuelan las cervezas para que los veteranos continúen la fiesta

Nos anuncian el combate entre Dean Ambrose y Brock Lesnar (acompañado por su abogado Paul Heyman) en la modalidad No Holds Barred Street Fight (donde no hay descalificaciones y juegan un papel protagonistas elementos extraños o armas, como palos de kendo o sillas metálicas). No tiene mucha historia el combate. Lesnar ataca, suplex, Ambrose se levanta, contraataca para llevarse otro suplex, se vuelve a levantar, busca algo con lo que atizarle a Lesnar pero éste contraataca con otro suplex o F5… hasta que Ambrose no se levanta. Lesnar es un espectáculo de fuerza bruta mientras que Ambrose es uno de los luchadores con más carisma del roster pero esto no libra al combate de caer en una pesadez somnolienta.

Un descansito de tanto wrestling. Nos presentan a los nuevos miembros del Salón de la Fama de la WWE tras lo cual nos enseñan la presentación a cargo de Lita del nuevo cinturón para el Campeonato Femenino de la WWE, cinturón que se llevará a casa la vencedora del Triple Threat Match que comenzó a continuación. Hacen su entrada la irlandesa Becky Lynch y Sasha Banks, acompañada de su primo  Snoop Dogg (que ha sido inducido en el Salón de la Fama de la WWE este mismo año), y a continuación Charlotte acompañada por su padre Ric Flair. Charlotte  llegaba como portando el cinturón de Campeona de la División de  Divas, cinturón que fue retirado en este combate.En este combate se aplicaban las reglas de un Triple Threat Match: ganará el primer contendiente que consiga hacerle cuenta de tres a cualquiera de sus dos adversarios, sin descalificaciones ni cuentas fuera del ring. Este combate es el claro ejemplo de porqué el wrestling femenino está teniendo un auge en su popularidad. Las tres competidoras derrocharon técnica y atleticismo en una pelea vistosa aunque un poco larga para mi gusto. Charlotte se coronó la primera campeona del nuevo título femenino de la WWE al aplicarle su Figure-8 a Becky Lynch mientras Ric Flair impedía que Sasha Banks volviera al ring.

A continuación, video de presentación del combate entre Shane McMahon y The Undertaker, legado contra carrera. Estaba estipulado que si Shane McMahon ganaba se haría con el control del Monday Night RAW y que The Undertaker se retiraría. El combate tendría lugar en la jaula metálica más infame, Hell in a Cell. Este combate me ha resultado pesadísimo. No solo porque Taker tardara una santa eternidad en llegar al ring sino por la falta de ritmo entre un luchador casi retirado y un ejecutivo que no pisaba un ring desde 2009. Saltemonos media hora hasta el final cuando Shane salta desde lo más alto de la jaula para caer en la mesa de comentaristas y Taker aprovecha para aplicarle el Tombstone Piledriver y así ganar el combate. Shane es retirado del ring en camilla. Un combate para fans acérrimos de The Undertaker.

Una rápida visita a la mesa de comentaristas para recapitular lo que viene siendo el evento y vemos entrar a la mayoría de los participantes de la tercera Batalla Real en Homenaje a André el Gigante. Separados del resto del grupo entran Mark Henry, Kane, Big Show y los invitados especiales Diamond Dallas Page y Shaquille O’Neal. No tiene mucha historia este combate de relleno. Baron Corbin, haciendo su debut desde NXT, se llevó el gato al agua eliminando a Kane.

Tras un pequeño descanso amenizado por las animadoras de los Dallas Cowboys aterriza The Rock para electrizarnos con su presencia. The Rock nos anuncia que en Dallas se ha establecido el récord de asistencia de Wrestlemania. Los Wyatt aparecen para interrumpir el discurso del bueno de Dwayne.

La situación acaba derivando en un combate entre The Rock y Erick Rowan, que The Rock gana en 6 segundos. Cuando los tres componentes de The Wyatt Family suben a los aledaños del ring para poner a caldo a The Rock aparece John Cena para hacer el salve. Ambos aplican sus finishers y a casa.

Y llegó el evento principal de la noche, el combate por el Campeonato Mundial de los Pesos Pesados de la WWE entre Roman Reigns y el campeón Triple H. Tras las entradas en ambos contendientes, un combate físico como era de esperar y más corto de lo que viene siendo habitual (lo cual agradezco no siendo muy fan de los dos). El combate es dominado por Triple H que aprovecha las distracciones que crea Stephanie McMahon desde los aledaños del ring. Roman Reigns se recupera y acaba propinándole tres Superman Punches y una Spear para llevarse el título entre los abucheos del público.

 

En definitiva, un espectáculo que no defraudó pero que tuvo infinidad de espacio a la mejora, sobre todo en lo que se refiere a los eventos principales. Ahora ya podemos poner los ojos en el Wrestlemania del año que viene, el número 33, que se celebrará en Orlando, Florida, muy cerca del Centro de Desarrollo de la WWE.