The inevitable defeat of Mister & Pete, la última gran ghetto movie

Por JD Romero, @JD_Romero23

Ahora estoy en Tribeca, fuera de Brooklyn y justo al lado de De Niro pero seré de barrio para siempre
Jay-Z

CIBASS_inevitable_defeat_of_mister_and_peteQue el género ghetto (entendido como las películas inspiradas en los barrios marginales, especialmente de Estados Unidos y protagonizadas por afroamericanos) ha vivido mejores momentos es algo que creo que nadie va a discutir. En los años noventa y en lo que parece su mayor auge no sólo en cuanto a calidad, sino también en número de películas realizadas: Los chicos del barrio, Menace II Society, Friday, Above the rim, New Jack City, Colors, Poetic Justice, Semillas de rencor, New Jersey Drive, Los blancos no la saben meter, Set it off o Fresh además de todas las dirigidas por Spike Lee, hijo pródigo del género. A estos filmes les siguió una especie de evolución con el tirón comercial del hip hop y aparecieron películas como Get Rich or die tryin’ (protagonizada por 50 Cent), 8 millas (con Eminem) y las geniales Hustle & flow y Notorious, la primera como relato durísimo de un proxeneta cuyo sueño sigue siendo vivir del rap y la segunda como acercamiento completo y detallado a la figura de Christopher Wallace alias Notorious Big, probablemente el mejor rapper de todos los tiempos a todos los niveles. También el legendario Ice Cube (ex miembro de NWA y artista más que exitoso en solitario) hizo sus intentos por revivir el género con películas como The Barbershop 1 y 2, Atraco en la iglesia, Lottery ticket o las secuelas de Friday. Todas contextualizadas en los “proyectos” o barrios marginales de las grandes urbes de Estados Unidos pero sólo las dos primeras mencionadas con una calidad destacable y ya como últimos coletazos de un tipo de películas que parecía moribundo.

Precisamente salida del pulso como director de una de las películas ya mencionadas es la cinta de la que hoy hablamos en Can it be all so simple blog. Y es que George Tillman Jr supo contar la historia de Notorious Big como artista y persona de un modo bastante completo en sólo ciento veinte minutos y, además, supo trazar un completo perfil de todos los personajes que le rodearon en vida: Puff Daddy, Lil Kim, Faith Evans o el también malogrado Tupac Shakur. Tillman ya venía de trabajar con -ni más ni menos- Robert De Niro en la lacrimógena pero no exenta de belleza Hombres de honor, por lo tanto su proyección como director venía casi sentenciada. Tras la biografía en pantalla grande del rapero, el director dirigió una más que correcta cinta llamada Sed de venganza (protagonizada por Dwayne Johnson o The Rock para los fans del wrestling), película que supera la media del género básico de acción, tiroteos y persecuciones y que sin embargo -y aun estrenándose en cines en todo el mundo- supuso un pequeño paso atrás en la breve pero interesante carrera de Tillman. Sed de venganza era un buen producto, pero no dejaba de ser acción básica con un poco más de historia, chicha y pulso que el resto, una cinta comercial para la masa que -suponemos funcionó bien en taquilla pero que no aprovechaba el tirón de alguien que demostraba talento para la narración de historias con un poco más de profundidad.

Tras el filme con el musculoso The Rock, el director nacido en Milwaukee volvía al drama con tintes realistas que es básicamente lo que mejor parece hacer y en el año 2012 (y perdónennos como blog por enterarnos de esta película con tres años de retraso) rodaba The inevitable defeat of Mister & Pete. En la película, George Tillman Jr dirige -en su mejor producto hasta la fecha- la historia de dos niños de los proyectos o viviendas de protección oficial de Brooklyn que son abandonados por sus madres durante el verano y tienen que buscarse la vida para sobrevivir en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad de Nueva York. Hijos de drogadictas, los dos niños (uno de raza negra y otro coreano) harán todo lo posible por intentar comer cada día, por esquivar a las autoridades para que no los lleven a un orfanato o centro de menores y por esquivar el peligro explícito con el que se convive en un barrio como el suyo: ventas de drogas o tiroteos como ejercicios cotidianos. Una historia de bloques de ladrillos y bancos del parque que podría sonarnos típica y que sin embargo supera a la media en crudeza, realismo e incluso actuaciones.

Acompañada de una banda sonora notable con artistas de la talla de Nas o Common (todo bastante coherente), la película se mueve entre el drama más duro y la alegría y la euforia con una naturalidad y pulso fascinantes. La cinta se apoya en sus dos actores principales (Skylan Brooks y Ethan Dizon) que anulan al resto de intérpretes con una naturalidad digna de un veterano de Broadway y se echan a las espaldas una película que tampoco flojea en el guión, los diálogos o la fotografía. Al igual que pasó con series como Empire y especialmente con Power, The inevitable defeat of Mister & Pete puede significar la gran esperanza del género ghetto, ese tan olvidado últimamente que esperamos tome impulso de la mano de George Tillman Jr y directores similares y del que ya esperamos poco de impulsores del mismo como Spike Lee y talentos desaprovechados como John Singleton.

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