The Homesman: Tommy Lee Jones, Hillary Swank y la melancolía del oeste
Por Scott Burton
Iniciado como género en 1903 (con la película Asalto y robo de un tren) el western ha sido a lo largo de la historia utilizado para escribir la épica de Estados Unidos como país, además de servir como entretenimiento puro. Tanto en las novelas como en el género cinematográfico se nos narra el proceso de fundación de Estados Unidos mediante la acción y una iconografía característica. Esa imágen icónica y casi súper heroíca fue llevada al máximo por Sergio Leone en el spaghetti western, irregular subgénero aunque también en el revisionista o crepuscular de Sam Peckinpah y en el Chili Western (las películas rodadas en la frontera con Mexico o directamente en Durango o Zacatecas). Hay directores y actores que se especializaron hasta tal punto que su imágen es casi inherente al género, caso de John Ford o John Wayne.
Se considera formalmente la época dorada del western a aquella que corresponde al cine estadounidense de los años cincuenta, con películas como La diligencia, El hombre que mató a Liberty Valance, Río rojo, Río Bravo, Murieron con las botas puestas o Duelo al sol, por citar algunos de los títulos destacables. Con la decadencia del género o la perdida de interés por parte del gran público llegaron las variaciones como el Spaghetti Western; autoparódico, elegíaco y basado en la figura del hombre y su figura solitaria con habilidades casi sobrehumanas con el revolver.
No deja de ser un hecho curioso que con la explotación que tuvo el género durante décadas la figura de la mujer apenas haya sido retratada con exactitud. Se nos muestran brevemente como amas de casa, como dependientas o incluso como prostitutas pero raramente podemos dilucidar el aspecto diario de la mujer en el western, sus preocupaciones y los problemas diarios a los que se enfrentan. The Homesman en gran medida llena ese vacío respondiendo a ciertas preguntas con la siguiente narración: Mary Bee tiene 31 años y vive en soledad en una pequeña localidad del oeste americano. La iglesia del pueblo la elije para traer de regreso a tres mujeres que se perdieron completamente en la locura y cuyos maridos no saben ni pueden hacerse cargo de ellas. Durante el largo camino de varios días de viaje irá acompañada de un antiguo delincuente que le servirá de protección, enfrentándose a los forajidos, las duras nevadas o los indios.
Con esta sencilla historia vuelve Tommy Lee Jones a la dirección y actuación de su propia película, tras la genial The Sunset Limited ( http://canitbeallsosimple.com/2014/10/25/the-sunset-limited-tommy-lee-jones-samuel-l-jackson-y-dios-en-un-sucio-apartamento/ ) y Los tres entierros de Melquiades Estrada (esa contenida y dolorosa obra maestra moderna).
En The Homesman, Lee Jones lanza una mirada melancólica y dramática que funciona como western puro y duro y también como crítica feminista al género y al infravalorado papel de la mujer en esta parte de la historia de Estados Unidos. La película resulta cautivadora y soberbia en su crudeza y no sólo resulta efectiva como filme, sino que da la vuelta a las claves del género en uno movimiento tan arriesgado como notable en su resultado.
Tommy Lee Jones y Hillary Swank dan credibilidad con sus actuaciones a una obra que se aleja explícitamente de los clichés que hicieron popular al género pero que nos acerca a una realidad más tangible de la América de la época, con problemas mundanos (la obsesión de Mary Bee por formar una familia) alternada con los riesgos tradicionales habituales como el enfrentamiento con ladrones o indios, conformando un western a menudo dramático e intimista pero también con momentos de suspense y acción. Notable es también el equilibrio antagónico entre Hillary Swank como mujer luchadora y hecha a sí misma con la figura del antiguo bandido sólo preocupado por el dinero que encarna Lee Jones.
The Homesman es una especie de road movie en el oeste, con una mujer desesperada en su soledad a la que la vida hace comportarse con más hombría que cualquier varón pero que sigue teniendo sus instintos y sus proyectos como fémina. Un experimento arriesgado, triste y sombrío camuflado en algo tan aceptado popularmente como el western. La redención a cualquier precio, la obligación de ejercer tu rol, el impulso humano, la religión como sustento y la aventura diaria de vivir en el salvaje oeste en una película que no es perfecta pero si admirable.