Cinco pilares fundamentales de la creación cinematográfica

Por Redacción CIBASS

El cine es entretenimiento, acción y con un poco de suerte también risa, al menos tal y como lo venimos conociendo últimamente. Entrar a una sala de cine se ha convertido de manera masiva en una experiencia publicitaria donde mucha gente rompe cosas, dispara y huye entre enormes efectos especiales y mientras grandes marcas ubican sus productos a lo largo del metraje para poder seguir llegando a lo más hondo de nuestras mentes.
Pero no siempre fue así y por suerte el cine, que aunque no lo tengamos muy presente forma parte del gran cuerpo de las artes, tuvo desde sus inicios la suerte de contar con grandes artesanos, visionarios y revolucionarios entre sus filas. Gente dispuesta a llegar hasta el final, apostando todo por el desarrollo de su propio arte a la hora de contar historias. Y no solo se apuesta el dinero. En según que casos también se apuesta una excomunión, el exilio, la soledad o la condena al ostracismo.

Grandes creadores que cimentaron el campo de lo posible dentro de un arte que construye en base a otros campos del arte y modela lenguajes únicos para relatos específicos. Pilares de eso que hoy entendemos por cine y a los que vale homenajear y revisitar de vez en cuando.
Por ello hoy en Can It Be All So Simple seleccionamos a cinco de esos creadores irrepetibles, arriesgados, locos geniales que consiguieron crear películas inolvidables e insustituibles.
Que la cartelera no nos impida ver el bosque.

Georges Méliès. París, 8 de diciembre de 1861 – 21 de enero de 1938

Tal vez no fue el inventor del cine, pero al menos fue el hombre que lo dotó de una conexión con la fantasía, con el mundo de los sueños, con las posibilidades creativas. Este ilusionista, director de teatro y productor, intuyó tal vez mejor que nadie en su época las posibilidades de la nuevas técnicas para montar imágenes en movimiento y más allá del grabado básico de imágenes en movimiento de los hermanos Lumière se dedicó a construir escenarios fantásticos con historias de aventuras. Su luna a la que un cohete espacial le atraviesa el ojo queda como símbolo universal de la magia del cine y permanece en el recuerdo de todos nosotros.

Arruinado, devuelto al teatro y posteriormente anónimo vendedor de juguetes en una estación de tren, al final de sus días contó con el merecido reconocimiento de Francia.

CIBASS George Méliès

George Méliès delante de su tienda de juguetes

”Lo que empezó como una novedad se convirtió en algo más cuando los cineastas descubrieron que podían usar el nuevo medio para narrar historias. El cineasta Georges Méliès fue uno de los primeros en reconocer que las películas tienen el poder de capturar los sueños.”

Luis Buñuel. Calanda, Teruel, 22 de febrero de 1900 – México, 29 de julio de 1983

A este singular hombre de cine, Hollywood se le quedaba muy corto. Practicando desde su juventud y su etapa académica junto a Lorca y Dalí, construyó el mítico sueño “Un perro Andaluz” y se proyectó más allá de nuestras fronteras. Hastiado de sus primeros trabajos en la supuesta “Meca del Cine”, se dedicó a trabajar en sus proyectos personales y consiguió entrar en la historia del cine. Para él era una manera más de provocar a la burguesía, de manipular sus tótems hasta deformarlos y abrir sus tabúes más escondidos. Político y posicionado durante la guerra civil, polémico, contradictorio y genial, ideó películas como “Viridiana” o “El Ángel Exterminador”.

CIBASS Luis Buñuel

Luis Buñuel dando instrucciones durante un rodaje

Una cosa lamento: no saber lo que va a pasar. Abandonar el mundo en pleno movimiento, como en medio de un folletín. Yo creo que esta curiosidad por lo que suceda después de la muerte no existía antaño, o existía menos, en un mundo que no cambiaba apenas. Una confesión: pese a mi odio a la información, me gustaría poder levantarme de entre los muertos cada diez años, llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos. No pediría nada más. Con mis periódicos bajo el brazo, pálido, rozando las paredes, regresaría al cementerio y leería los desastres del mundo antes de volverme a dormir, satisfecho, en el refugio tranquilizador de la tumba”.

John Ford. Maine, EEUU 1 de febrero de 1894 – 31 de agosto de 1973

Este descendiente de irlandeses tal vez no tuviese una especial predilección por el cine como formato de arte y ensayo, pero a pesar de su ausencia de intención consciente consiguió hacerse un hueco en la historia del cine a lo largo de una carrera profesional de varias décadas dentro del sistema del cine estadounidense. Austero en sus planteamiento, exigente en sus ambiciones y un inabarcable artesano del western.
Maestro sin par, nos legó obras como “La diligencia” o “El hombre tranquilo”.

CIBASS John Ford

John Ford durante el rodaje de “Centauros del desierto” en 1956

“Nunca pensé en lo que hacía en términos de arte, o esto es grande o estremecedor, o cosas por el estilo. Para mí siempre fue un trabajo, que yo disfruté enormemente, y eso es todo”.

Luchino Visconti. Milán, 2 de noviembre de 1906 – Roma, 17 de marzo de 1976

Noble y aristócrata por nacimiento, político por vocación y esteta por definición. Este director de teatro, ópera y cine italiano, refinado, culto y reputado consiguió poner al cine italiano en un lugar de honor dentro de la historia del cine mundial y por el camino, influenciar a las generaciones siguientes de directores y actores con los que trató y trabajo a lo largo de los años. Fue también capaz de construir adaptaciones perfectas de grandes obras como “El Gatopardo” o “Muerte en Venecia“. Intelectual antifascista y voz crítica de los desheredados de la historia.

CIBASS Luchino Visconti

Luchino Visconti realizando pruebas de cámara

“Dicen que el amor y la mente tienen caminos que ni el sentimiento, ni el cerebro entienden, tal vez por eso el amor mueve la mente humana y ambas se dejan llevar por placeres profundos, sumergiéndonos en una fuente inagotable de sensaciones, a las cuales nunca debemos cerrar la puerta.”

Sergei Eisenstein. Riga, Letonia; 23 de enero de 1898 – Moscú, URSS, 11 de febrero de 1948

Serguéi Mijáilovich Eizenshtéin fue el creador de nuevas experiencias cinematográficas de acuerdo a los anteriores cánones existentes. El lugar de optar por las técnicas de montaje ya clásicas, optó por investigar nuevas formas de construcción y dedujo las posibilidades de tratar el cine como los símbolos del idioma japonés, en el que la yuxtaposición de dos conceptos generaba una síntesis de un tercero útil para sus narraciones. Demasiado soviético para la industria estadounidense que consiguió reprimirlo y deprimirlo profundamente y a la vez poco soviético para las autoridades de la URSS que le prohibieron algunos de sus proyectos. Todo un padre del cine que rompió moldes con “El acorazado Potemkin” y explotó la posibilidad de que la masa fuese un protagonista absoluto.

CIBASS Sergei Eisenstein

Sergei Eisenstein trabajando en labores de montaje

“Ahora, ¿por qué el cine sigue las formas del teatro y la pintura en lugar de la metodología de la lengua, que permite totalmente nuevos conceptos de las ideas que surgen de la combinación de dos denotaciones concretas de dos objetos concretos?”


3 thoughts on “Cinco pilares fundamentales de la creación cinematográfica

  1. […] algo de risa. ¿Te perdiste nuestro primer artículo? no te preocupes, puedes consultarlo aquí: Cinco pilares fundamentales de la creación cinematográfica. Y si ya lo leíste es momento de seguir con nuestra entrega de hoy: una segunda parte de cineastas […]

  2. […] Géoge Méliès em sua loja de brinquedos com sua esposa (fonte da imagem: cantitbeallsosimple) […]

  3. […] Géoge Méliès on his toy shop with his wife (image source: cantitbeallsosimple) […]

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