The Babadook (o el terror que está tras la piel)
Por JD Romero, @JD_Romero23
El exorcista es probablemente la película más aterradora de todos los tiempos. Existe toda una generación de criaturas (hoy treintañeras o cuarentonas) completamente traumatizadas que se niegan a verla de nuevo, ver esa película a una edad demasiada temprana marcó a millones de niños nacidos en los setenta y en los ochenta para siempre. Podríamos dedicar ríos de tinta digital a hablar de ese filme y probablemente nos seguirían faltando lineas para destacar las virtudes del producto de terror perfecto que supuso (y supone) la cinta que en 1973 dirigió William Friedkin. Dicho esto, no se necesita explicar el peso del apellido Friedkin en la historia del terror adaptado al cine. No hace falta que sólo puntualmente haya vuelto a hacer grandes películas, hizo El Exorcista y como Francis Ford Coppola cuando hizo El padrino no podemos pedirle más. Grabaron su nombre a fuego en la historia del séptimo arte.
Bien, cuando William Friedkin dijo no hace mucho algo así como “The Babadook es la película más terrorífica de todos los tiempos“, pasó como cuando Stephen King dijo lo mismo de Posesión infernal muchos años atrás: saltaron las alarmas cerebrales de cinéfilos (y los que no lo son tanto) de todo el mundo para comprar sus entradas de cine y disfrutar del placer de sufrir en pantalla gigante y a oscuras. The Babadook cuenta con esa carga y ese apoyo, esa frase es más valida para la promoción de una película que un millón de euros en promoción televisiva, pero también puede servir para crear expectativas desorbitadas y hypes que no serán saciados. La doble cara de una moneda.
La película, dirigida más que magistralmente por la australiana Jennifer Kent y (al igual que Whiplash) basada en su propio cortometraje anterior, nos cuenta como Amelia intenta educar a solas a su hijo Samuel a la vez que intenta superar la muerte de su marido y padre del pequeño. Un día como otro, aparece en la estantería de cuentos un libro llamado The Babadook y Amelia decide leérselo a Sam, que se obsesiona con la criatura protagonista del relato hasta el punto en que su madre opta por medicarlo. Cuando la situación se supone que debería empezar a controlarse y quedar como anécdota infantil comienza algo aun más terrorífico: Amelia comienza a sentir también una presencia que la lleva a pensar que las supuestas fantasías de su hijo podrían ser reales.
Consideramos a The Babadook una película sobresaliente por diferentes motivos; por una parte toca el tema de los fantasmas, apariciones, entes paranormales o cómo queramos llamarlos, pero por otra acaricia cuestiones que acaban siendo casi más tenebrosas como la soledad, la pérdida y la sensación de estar perdiendo el rumbo. La directora Jennifer Kent juega con unas cuestiones y otras hasta el punto en que no sabemos qué situaciones son fruto del estado mental traumatizado de los protagonistas y cuales lo son del ente que los amenaza. El punto fuerte es que la atmósfera de indefensión ante la inexplicable amenaza es la más lograda en una película de terror en años, escalafón que compartiría con Expediente Warren y puede que con el más que notable remake de Posesión infernal que vimos en 2013.
Parece obvio que desde la década de los noventa el género de terror no sabe muy bien a donde ir ni por qué caminos trazar su ruta. Entre portazos, chillidos y subidas de volumen poco a poco empieza a vislumbrarse una esperanza: la contrarrevolución de esos efectismos mediante la construcción de unos personajes sólidos y con diferentes capas, de una historia que trasciende, de una dirección no estandarizada y de la elección de unos actores que vayan más allá de representar a todos los estratos sociales. Jennifer Kent lo entiende a la perfección y construye unos grandes personajes que acaban enfrentándose al peor de los monstruos en plena soledad: no hay familia, no hay amigos, no hay policia… y cada uno de esos cabos queda perfectamente atado y justificado por un guión que no deja lugar a la pereza y el automatismo cinematográfico. La película se apoya sobremanera en las dos interpretaciones principales: la de Essie Davis como madre luchadora a punto de derrumbarse y la de Noah Wiseman como jóven introvertido que no parece entrar en ninguna de las partes donde la sociedad exige que encaje a su edad.
Podríamos decir que The Babadook es una historia terrorífica y a la vez terriblemente triste en la que algunas escenas realmente magníficas (Amelia escondiendose bajo las sabanas, cuando el monstruo habla, la escena en la comisaría…) se intercalan con el drama de un hogar que intenta levantar la cabeza con orgullo mientras el mundo se le pone en contra. Una historia dramática y terrorífica contada bajo el paraguas de un cuento infantil, que da pavor cuando se centra en el lado humano y donde el monstruo amenazante es sólo uno más a sumar a la montaña de temores, traumas y obstáculos. The Babadook no sólo es una buena película de terror, es la gran esperanza blanca… a pesar de su final. Ba ba dook dook dook.
Buena película, aunque sobrevalorada en mi opinión. Aun así, buen análisis.
hum…. deberías alertar de spoilers…
Yo en algún punto vi que la película era una especie de metáfora de la ansiedad materna y rechazo al hijo diferente, altamente demandante y recuerdo permanente de la muerte del marido.
Le duele su hijo pero lo odia… hasta el punto de querer matarlo. Enfrentada a sí misma reacciona y… spoiler spoiler lo salva.
Y cuando vi esto dejó de darme miedo y fui viéndola alternativamente minimizando la pantalla para Twitter, farmerama, cómo fabricar bombas caseras, etc
Para mi también uno de los logros es el jugar con si de verdad había un monstruo o eran traumas y frustraciones de una familia disfuncional y extraña a aojos del resto. Supongo que ese mismo hecho que me parece interesante es el que acaba decepcionando a algunos espectadores. Para gustos colores…
[…] y objetivo, si es que hay algo realmente objetivo en la vida. Títulos como The Babadook (que comentamos amistosamente aquí), 100 Bloody Acres, Wolf Creek, The Devil’s Rock, What We Do In The Shadows o Fresh Meat solo dan […]