Ninja Turtles, las tortugas ninja mutantes adolescentes afroamericanas
Por JD Romero, @JD_Romero23
Creadas por Kevin Eastman y Peter Laird como un cómic en blanco y negro y nacidas como una sátira de los tebeos de súper héroes de la época, las tortugas ninja mutantes adolescentes se convirtieron en una sensación de la noche a la mañana. Al cómic en blanco y negro (que además de la sátira homenajea al ‘Ronin‘ de Frank Miller) le siguió una longeva y exitosa serie de animación y toda una avalancha de productos licenciados que convirtieron a Eastman y Laird en multimillonarios, la gente pareció ignorar el sarcasmo que representaban y su universo llegó como un soplo de aire fresco. Historia que ilustramos de manera mucha más romántica y extensa en uno de los primeros artículos de Can it be all so simple blog, de algún modo podríamos establecer una relación estrecha entre esta página y estos surrealistas personajes verdes ciclados.
Casi treinta años después de su creación y plena explotación comenzaban los rumores de una nueva versión cinematográfica, las primeras informaciones decían que el origen sería extraterrestre lo cual unido a que el productor e ideario sería Michael Bay nos hacía esperar lo peor. En los foros de cómics, series de animación y cine empezó la ola de pánico, en una especie de nuevo caso de violación de nuestra infancia como pudimos sufrir con ‘Transformers‘ o la nueva versión de ‘Conan el bárbaro‘. Si iban a cambiar la historia de estos personajes tan relevantes para los crecidos entre los años ochenta y noventa y encima iban a mover la cámara espasmódicamente (de modo que jamás supiesemos lo que pasa en las escenas de acción) entonces nos quedamos con las tres primeras películas con actores reales (1990,1991 y 1993) que han envejecido mal pero tienen su gracia, con la magnifica primera serie del 87, la prudente y honesta película por ordenador de 2007 o la pequeña obra de arte que es ‘Turtles Forever‘ (2009). Todo un repertorio de películas y series con casi todas las técnicas cinematográficas posibles que hacían de decoroso y rentable homenaje a la creación de Eastman y Laird.
La sinopsis que llegaba a nosotros era la siguiente: El clan del pie tiene aterrorizada a la ciuad de Nueva York, incluyendo a políticos y grandes empresarios. Imprevisiblemente, unos extraños personajes les empiezan a hacer frente por las noches y la reportera April O’Neill investigará sobre ello. En principio ninguna novedad con respecto a la linea de argumentación clásica, ni falta que hace.
Desde CIBASS recibimos una invitación que -evidentemente- no pudimos rechazar y nos adentramos en el cine. Una marea de niños con sus padres que nos demostraba que la campaña comercial de la película ha sido efectiva, que los progenitores de estas nuevas generaciones de chiquillos aun tienen respeto por estos individuos verdes con los que se criaron y que si se trataba de afianzar una clientela para más películas y nuevo merchandising el objetivo se había conseguido.
Dirigida con soltura y capacidad de recursos por Jonathan Liebesman (‘The killing room‘, ‘Invasión a la tierra‘ o la interesante ‘En la oscuridad‘) lo primero que dilucidamos es que, aun tratándose de un producto para el gran consumo joven, el filme se toma su tiempo. Contextualizando tranquilamente y luego, a los muchos minutos, mostrando las tortugas de modo progresivo y despertando nuestro interés por ver de una vez por todas y claramente el aspecto de los mutantes. Una licencia seria y respetable que nos hace entrever que se han hecho las cosas mejor de lo que esperábamos y que a pesar del tono ligero y desenfadado de la cinta esta pone cierto empeño.
Con pequeñas diferencias con la historia original (Splinter aprende artes marciales con un libro) ‘Ninja turtles‘ respeta pero no homenajea. Nada de referencias a clásicos como Casey Jones o Baxter Stockman aunque honra al mono amarillo de reportera del Canal Seis de April O’Neill con una chaqueta de cuero del mismo color que luce Megan Fox, y se toma su tiempo para profundizar relativamente en la historia explicando el por qué de la afición de Leonardo, Michelangelo, Raphael y Donatello por la pizza, product placement de Pizza Hut incluído.
Con una música entre la gigantista influencia de Hans Zimmer en la trilogía del caballero oscuro y la impersonalidad más absoluta, Liebesman define con brocha gorda a cada una de las tortugas, tanto en la indumentaria como en la personalidad. Donatello lleva unas gafas de pasta arregladas con cinta adhesivas para que sepamos que es el amante de las ciencias y Raphael lleva un pañuelo rojo enterizo en vez de un antifaz, para que deduzcamos que es el más rebelde.
A pesar de la ausencia de grandes homenajes a los cómics originales o la serie clásica de animación (cosa que dabamos casi por hecho, pero que no ocurre) la película hace referencias constantes a la cultura pop: de Star Wars a Batman o Superman pasando por el Hip Hop. Nuestras tortugas ninja no sólo estrenan rasgos afromericanos, sino que también rapean y hacen beat box, afición que descubrimos en una ocurrente escena en un ascensor, y es que la obra se mueve en un humor entre absurdo y pretendidamente estúpido que funciona y te saca varias carcajadas sinceras a lo largo del metraje, esta nueva revisión de los mutantes con caparazón se alejan del humor vergonzante de Michael Bay y es que -ni siquiera- Megan Fox hace de mujer objeto.
La escena más espectacular de la película la encontramos al principio del último tercio, en una avalancha en la nieve mientras las tortugas caen acompañadas por un camión y otros vehículos, sorprendente Liebesman que deja al público boquiabierto con un momento espectacular y prolongado que ya hace valer el precio de la entrada en un guión previsible y comercial que se ve condimentado y mejorado por los detalles que rodean a la película, así como el cariño que todos han parecido poner en la realización de casi todos los aspectos al realizar el filme. ¿Cuestiones negativas?, probablemente el traje del ‘Despedazador’, una mezcla entre un samurai, un transformer de los actuales y un personaje de Saint Seiya, el único antojo excesivo de la película que ni es ruidosa ni quiere ir a prisa y aun así, es un divertimento desmesurado para un target infantil que no resulta bochornosa para ningún otro público. La nueva incursión de ‘Las tortugas ninja’ en el cine de actores reales tras once años de su última adaptación pasa la prueba.
Cowabunga!