‘Wakedafucup’, vuelven los 90 gracias a Onyx, pero de verdad
Por JD Romero, @JD_Romero23
Los noventa fueron la década de oro del hip hop y lo fueron objetivamente. La proporción de álbumes de calidad con respecto a los editados fue con mucha diferencia la mayor de la historia. Tupac, Biggie y Big Pun estaban vivos, Nas sacaba clásicos urbanos atemporales como ‘Illmatic‘ o ‘It was written‘, Dr. Dre y Snoop seguían manteniendo el Gangsta arriba, Wu-Tang Clan revolucionaba el panorama con su primer disco -y se asentaba- con el segundo y con los álbumes de sus miembros en solitario, y Jay-Z empezaba a destacar con su ‘Reasonable doubt’. Cientos de grupos y MC’s de diferente corte pero de inmensa calidad se hacían con su público: Outkast, Mobb Deep, Mos Def, Talib Kweli, A tribe called quest, Gang Starr, The Roots, Redman, Common, Pharoahe Monch, LL Cool J, Cypress Hill, Xzibit, Warren G, Ice Cube o Das EFX, además entre toda la marabunta de grupos über-interesantes de la época había una banda que era la más dura entre las duras, los gritones del rap: Onyx.`
Corría el año 1988 en el barrio de Queens (Nueva York) y entre bloques de ladrillo visto y parques con banquetas y canchas de basket los mc’s Fredro Starr, Sticky Fingaz, Big DS y Soone Seeza se unían y formaban Onyx. Atrás quedarían los intentos de Fingaz por dar su maqueta a Jam Master Jay (Run DMC) entre otras desventuras. Ahora era el momento de poner el hardcore arriba. En 1992 los neoyorkinos editaban ‘Throw ya gunz‘, primer single del grupo, ahora bajo la gigante y legendaria Def Jam de Rick Rubin y un año después salía el álbum de debut (Bacdafuckup) siendo todo un éxito comercial. Es curioso como ahora para vender discos de rap (a pesar del pseudo revival noventero del que hablaremos luego) hay que hacer lo que haga falta -coqueteos con el pop y la música electrónica incluídos- y una banda de rap hardcore hace veinte años podía lograr que un tema durísimo como ‘Slam’ fuera uno de los más radiados del año. Avanzar para retroceder para luego retroceder para avanzar: las redundancias y ‘loops’ del rap y su historia.
Justo después del éxito del álbum de debut, Big DS dejó la banda para dedicarse a una -finalmente inexistente- carrera en solitario pero al grupo no parecía irle nada mal. Y no ya sólo musicalmente (los discos siguientes ‘All we got iz us’ y ‘Shut’em down’ fueron aclamados por crítica y público) sino que Fredro Starr acabó apareciendo, e incluso protagonizando, infinidad de series y películas, incluyendo: ‘Clockers’ (donde también aparecía su compañero Sticky Fingaz), Sunset Park, Black and white, Moesha, Espera al último baile, The Wire (casi nada) o incluso en capítulos sueltos de CSI. Sticky Fingaz tampoco se quedó atrás, con papeles en Sombras de Nueva York, Next Friday, Prisión sin ley, Los límites de la realidad, El vuelo del fénix o NCIS: Los Angeles, entre muchas otras. De las viviendas protegidas de Queens a Hollywod, o como dice Nas ‘From Seiko to Rolex’.
Llegó la década del 2.000 y aunque el hip hop se hizo un fenómeno mundial (más aun) por gente como Eminem o 50 Cent y, sobretodo, por el ‘Chronic 2001’ de Dr Dre, que fue editado en el 99 pero su sombra e influencia fue larga, muy larga.
Dr Dre cambió de algún modo las bases del juego, por una parte hizo que -de nuevo- chavales de todo el mundo quisieran volver a ser bboys y por otra parte mató al rap ‘oscuro’ y con sampleado sucio y urbano debido a su apabullante éxito global. Luego llegó el sonido Dirty South (que por poco acaba con el género) hasta que Kanye West y sus bases soul y melódicas pusieron todo un poco en su sitio. Un compendio de situaciones que dejaron a bandas tan respetadas como Onyx fuera de juego. La evolución del género dictaba ahora que para triunfar había que entrar por los oídos -también- de chicas blancas de todo el mundo, lo cual no es que esté mal, sino que eso estaba matando de algún modo la mayor baza del hip hop; ser el altavoz de la calle en modo y forma.
Pero tras la ‘prostitución’ en cierto modo de la base sobre la que se sentaba el rap (de momento había cientos de marcas de moda hip hop y todas apadrinadas por raperos) empezaba a explotar. Los raperos más respetados en el pasado colaboraban ahora con Miley Cirus, Katy Perry o Justin Bieber: o te subías al carro o morías. Hasta que el carro desapareció.
El rap es básicamente una expresión subversiva y alternativa, tanto como expresión de las clases desfavorecidas como de alternativa a los multimillonarios blancos con blanqueamiento LED en los dientes. Por una parte expresa las preocupaciones de los ghettos y por otra es la máxima expresión del éxito económico más allá del empresario enriquecido por pagar salarios mínimos.
El problema vino cuando por un tiempo se perdió la diferencia entre Rap/R&B y el pop más estúpido y mainstream: Pharrell Williams producía a Britney Spears y Snoop Dogg rapeaba en temas con Katy Perry. La gran linea que ponía a un lado a los artistas ‘vendidos’ del pop y a los raperos se estaba perdiendo, tenía mérito hacerse millonario con una música marginal, eso si era de ser un ‘self made man’, pero no si se lograba por la puerta fácil: la de dar credibilidad a artistas sin credibilidad rapeando en temas pop.
Explotó la burbuja y tuvo que volver a las raíces, bboys decepcionados y discos seudo comerciales de rap que ya no vendían. Los raperos volvieron a sacar sus Jordans de las olimpiadas del 92, sus gorras Starter y sus chubasqueros Snow Beach; aquello que conocimos como rap quería volver. Raekwon fue uno de los primeros con los magníficos ‘Only Built for Cuban Linx Part 2’ y ‘Shaolin Vs. Wu Tang’ (editados en 2009 y 2011), Nas volvió a acercarse a sus mejores momentos -tras un tiempo perdido- con ‘Life is good’ (2012) y, como ellos, muchos otros artistas anteriormente notorios volvieron a la carga sampleando vinilos y escogiendo instrumentales que recordaban a los maravillosos años noventa. Parecía que todo volvía a ponerse en su sitio, los fans del rap respirábamos aliviados al verlos de nuevo con sus J’s y sus chaquetas de béisbol. Era el momento ideal para la vuelta de Onyx, y así fue.
Con un homenaje a su primer álbum y tras una década de silencio, Onyx editaba este mismo año ‘Wakedafuckup’, ahora convertidos en dúo, con una estética -portada y clip- que vuelve a la época dorada y con unos mc’s (Starr y Fingaz) para los que físicamente nadie diría que han pasado ya veinte años desde su debut musical.
Con temas como ‘whut whut‘, ‘Dirty cops‘ o ‘we don’t fuckin care‘ regresamos al pasado con el más puro estilo clásico del Nueva York de hace dos décadas, con samples dramáticos y ligeramente melódicos y una percusión que refuerza la idea de vuelta a lo auténtico de la que hablamos en el artículo. ‘Buc buc‘ y ‘Wakedafuckup’ (primer single del álbum) no dejan de ser hardcore clásico: la esencia de Onyx en estado puro, samples cortos, gargantas duras como el acero y el alma de la calle puesta en el micrófono. Un gran disco para los amantes de los grandes discos, sin maquillajes.
Rapeos de la vieja escuela con muchos pareados sobre ‘muestras’ de música clásica, jazz, algo de soul y unos bombos y cajas que suenan como nunca debieron dejar de hacerlo(gracias a Snowgoons en la producción), si teníamos que volver a los noventa con un buen disco que sonara auténtico ¿Qué mejor que hacerlo con Onyx?. Nuestros neoyorkinos más gritones nos dieron lo que queríamos cuando ni siquiera nos acordabamos de ellos, Nas dijo hace unos años que el hip hop estaba muerto, pero resulta que sólo estaba dormido.
Wake da fuck up!
No se mucho de rap, pero desde luego dan ganas de oirlo
Vaya …. pero vaya que estos recabrones merecen ovacion , digo , porsupuesto que nunca me gusto la basura de nas al decir que el hip-hop habia muerto y con este material , onix logra darme y darnos a todos los que tenemos en las venas los samples , los beats fuertes , bajos marcados y el scratch , un respiro entre tanto humo comercial finamente trabajado y lucidamente bonito…. pffff…..
Los noventas siendo realistas nunca van a volver , pero han de resucitar de entre las calles , honor a quien y a que , honor merece.
HIP-HOP DONT’ STOP !
[…] fundó su propio sello en 1989 y lanzando a bandas como Onyx (de los que hablamos aquí) algunos años más tarde: la carrera de un gran profesional del mundo del storytelling rimado que […]