Comando Antiterrorista Unipersonal: ¿Y si Benjamin Marra nos trolea?
Por David Rodríguez, @davidjguru
Tras los atentados a las torres gemelas y otros edificios gubernamentales de los Estados Unidos, el presidente Bush toma una decisión operativa: crear una red de agentes absolutamente libres, con licencia para-lo-que-sea-necesario y que puedan combatir al enemigo según sus propias reglas. Guerreros supersecretos preparados para las acciones más complejas, sin remordimientos y teniendo como único foco defender los intereses de su país (esto quiere decir normalmente los intereses de las élites financieras) sin importar los medios que sean necesarios. Sí, esos son los terribles C.A.U (Comando Antiterrorista Unipersonal) ideados por Benjamin Marra para trasladarnos una vez más a su universo mental de excesos. ¿Pensáis que la premisa es importante? pues ateneos al desarrollo de la propuesta, porque quizás sea esta una cuestión más de forma que de fondo. ¿Quién sabe?
Tengo entre mis manos uno de los últimos lanzamientos de la obra de Benjamin Marra en castellano, editado (no podía ser de otra manera) por la gente de Autsaider Cómics. Los de Ata Lasalle saben perfectamente como se salta sin red y precisamente en ello estriba lo más importante de su apuesta editorial: contenidos especiales, autores no consagrados, cosas que tal vez la gente no pida mucho, rarezas, lanzamientos anormales y al final, obras que tal vez lleguen a ser objetos de culto en un futuro no demasiado lejano. Esa es la apuesta y la visión con la que trabajan, para un público reducido y vuelto a reducir: si el sector del cómic siempre anda en crisis, figúrense el del cómic underground. Pero lo consiguen: saben como hacer para llamar la atención de ese lector de cómics algo especialito que investiga por Internet lo último a lo largo y ancho del globo terrestre y se lo ofrecen en bandeja de plata: normalmente ediciones excelentemente traducidas, maquetadas y construidas para configurar una librería llena de objetos de culto. Iconos.
En ese mapa no es difícil comprender la apuesta realizada con el underground Marra, el canadiense que declaró hacer Pulp por el simple gusto de hacerlo y rechazó cualquier atisbo de intelectualidad que coloca al cómic como un asunto de coleccionismo y culto (si eso puede ser integrado). El tipo que vino a decirnos que solo quería entretener un rato con cosas que pudiesen desecharse inmediatamente y lanzarse a la basura, y mientras tanto y sin desearlo se está convirtiendo en un autor necesario. Pero con matices.
La pregunta fundamental que empieza a surgirme es…¿Será que Benjamin Marra nos trolea en realidad? ¿Él se está riendo de nosotros? y las respuestas no me resultan sencillas, pero digamos básicamente que al tirar los dados el resultado sale que no. Que al menos de nosotros no, pero hay otras movidas que si son blanco de sus excesos argumentales y gráficos. Quiero pensar yo que el Marra se pone en su casa a ver cine hipermasculinizado de ese de los 80 (el que hereda del trabajo de gente como John Milius) y se descojona a solas mientras piensa que ha nacido para darle una vuelta a toda esa mierda. Me lo imagino currando a solas y llevando esos personajes hasta su paroxismo: ya sabemos que cara tiene en el cine el protagonista de C.A.U; bien podría ser Chuck Norris, o Steven Seagal, o Charles Bronson, o tal vez incluso Sylvester Stallone: tipos duros, de pocas palabras, con escasas líneas de guión (para tener que memorizar lo mínimo posible) y resolviendo plano tras plano a golpe de hostia directa. Sin más. ¿Y que hace el Marra? pues coje el ejemplo, lo hace suyo, lo retuerce, lo lleva al extremo (aún más), termina de ridiculizarlo y de alguna manera se burla de ello a partir del exceso.
Poco importa si al final por el hecho de ser tan machos sus supuestos héroes se dan la vuelta y terminan chupándole la penepolla a sus compañeros de aventuras, o si el protagonista termina follándose a otro tipo: son duros de verdad y oficina en la que entran, secretaria a la que penetran. Sexo hetero y sexo homo. Un verdadero héroe no rechaza nada.Es como haber liberado el cine de street-fighting-caspa de cualquier atisbo de censura y mandarlo todo al carajo: la política de defensa de los USA (check), los Mavericks de la CIA especializados en black-ops (check), la lucha contra el integrismo (check)…los reptilianos (check) y así con todo. Toma todos los elementos, los cruza, los manipula, los hace explotar y al final de la lectura no sabemos con que cara quedarnos. Pero nos vuelve locos.
Por la casquería, las coreografías imposibles, las persecuciones, los tiroteos, el sexo explícito, los lefazos…y ese gusto por la cuatricomía que le dan a la obra -más concretamente su primera obra “cerrada” – un atractivo tono ochentero y underground. Nos seduce desde el exceso y la locura y nos atrae a sus aventuras. No aprendemos nada pero nos mantiene asombrosamente entretenidos. Como todas las películas de serie Z de este mismo palo que hemos disfrutado a lo largo de nuestra vida: basura Pulp sin la que no podríamos vivir. Productos de consumo directamente lanzados a vídeo. Cosas de tercera o cuarta categoría que nos hacen flipar.
Placeres culpables…o… ¿Qué coño de culpabilidad, si en realidad lo estamos disfrutando?
Disponible en la web de nuestros amigos de Autsaider Cómics.