Superior, el Superman de Mark Millar
Por JD Romero, @JD_Romero23
Superman es luz y certidumbre, sencillez dentro de ser casi todopoderoso y fue concebido casi como una revisión de Jesucristo para mentes jóvenes. Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster ya conocen el resto: nacido con el nombre de Kal-El en el planeta Krypton e hijo de Jor-El y Lara Lor-Van y enviado a la tierra instantes antes de que su planeta fuera destruído. Descubierto y adoptado en la tierra por Jonathan y Marta Kent, un matrimonio de granjeros de Kansas que le inculcaron una estricta moral. El jóven de los Kent pronto descubrió unas habilidades sobrehumanas, que decidió utilizar para ayudar a la humanidad.
Paralelismos con la historia del hijo de Dios que tuvo en sus primeros muchos años de aventuras (y en las dos maravillosas primeras películas de 1978 y 1980) una simpleza abrumadora en sus argumentos en contraposición al inmenso poder del héroe. Básicamente había algún tipo de amenaza y Clark Kent (alter ego humano de Superman) que pasaba por allí se cambiaba y arreglaba la situación, especialmente con el uso de la súper fuerza y la capacidad de volar.
Con los años, la historia de Superman se fue haciendo más y más compleja, ochenta años de cómics dan para mucho y aunque las capas añadidas a la historia pueden dar credibilidad, verosimilitud y madurez a la historia del personaje también enfrían el simbolismo de desconocer muchas cosas sobre él y que nos acercaba su imagen a la de un Dios cuando eramos niños. Imagen que fue reforzada explícitamente en el Superman atormentado y oscuro de Man of steel y aunque una película no es más que una adaptación de décadas de cómics también sirve para cambiar la concepción general del personaje, como pudimos ver en las películas de Iron-Man y su influencia en sus propias historietas y posterior idea de la gente acerca de la creación, sinopsis y desarrollo de un personaje de ficción. Podríamos de ese modo decir (y centrándonos ya en el cómic sobre el que va este artículo) que Superior reivindica la sencillez y espontaneidad todo poderosa del Superman histórico, la imágen de perspectiva, ilusión, optimismo y contundencia que un semi Dios refleja y que dejamos de ver cuando llegó la oscuridad y la tristeza, la inseguridad y la incertidumbre.
Cuenta Mark Millar que una vez conversando con Stan Lee éste le dijo que por qué escribir sobre los personajes de otros, que debería crear los suyos y dotarlos de vida con sus propias historias y características personales.
Hijo de Escocia, Millar destacó con best sellers como The Ultimates, The Authority o Ultimate X-Men, protagonizando junto a otro nutrido grupo de guionistas la evolución del cómic moderno a una disciplina un cuanto más cinematográfica, obras como El viejo Logan se consideran ya clásicos modernos y siguen siendo refrescantes al revisionarlas una segunda o tercera vez. El escocés más pronto que tarde hizo caso a Lee y creó hiper conocidos comics como Kick Ass o Wanted, además del breve pero notable Nemesis.
El afamado guionísta nos cuenta en Superior el relato del héroe clásico frente al macarrismo urbano de Kick Ass o la verborrea de Nemesis: traje colorido, guión sencillo aunque efectivo y muchos paralelismos con el personaje creado por Siegel y Shuster y posteriormente explotado por DC Comics.
En Superior se nos cuenta la historia de Simon Pooni, un prometedor joven de doce años con una posible futura carrera en el baloncesto al que se le diagnostica esclerosis múltiple. Pronto su popularidad descenderá entre sus amigos y conocidos del colegio y tendrá que refugiarse entre cómics y películas. Simon admira particularmente a Superior, una especie de héroe análogo a Superman. Cual será la sorpresa para el joven neoyorkino cuando se le aparezca un extraño mono vestido de astronauta y le ofrezca la posibilidad de convertirse en Superior, Simon no sólo podrá volver a caminar, sino que contará con los súper poderes de su héroe favorito. Por desgracia para el chico habrá una doble cara en la moneda y el precio a pagar por convertirse en Superior quizás sea demasiado alto.
Millar crea la fábula del héroe clásico evolucionando y alejándose voluntariamente de algunas de sus características más reconocibles y sirviendo como homenaje de los valores del cómic tradicional de súper hombres. El autor amplifica la sensación de poder dándole las virtudes de super héroe a un niño inválido, lo que además sirve para crear empatía con el crío protagonista luego convertido en adulto con especiales características.
Superior es un cómic limpio y sencillo (con un ritmo narrativo brutal) y que se refuerza por unos diálogos fantásticos y coherentes que van mucho más allá del simple relleno para justificar una acción posterior, los niños hablan como niños y no por ello dialogan como estúpidos y es fantástica la narración de la puesta en práctica del control y perfeccionamiento de un niño ahora con poder casi ilimitado.
En el factor gráfico sólo podemos alabar al filipino Leinil Francis Yu, con un estilo limpio y cinematográfico que refuerza el gigantismo del personaje. El mayor éxito de Superior es el antagonismo de una historia de acción exagerada, super villanos, alienígenas o robots con el protagonismo de un niño en silla de ruedas, oscilando entre la sencillez de una infancia con discapacidad y la libertad aumentada de ser una especie de divinidad en la tierra.
Superior aprueba en su franqueza y en su homenaje al héroe folclórico y tradicional. Funciona perfectamente reivindicando los valores de los que él mismo se alejó voluntariamente en gran parte de su carrera. Superior no es insuperable pero rescata algo que echábamos de menos en los cómics y sobretodo nos enseña como Mark Millar se puede salir de su linea gamberra habitual y ofrecer luz frente a oscuridad y esperanza frente a angustia.
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