Dólares y talento: te contamos qué tal es 4:44, lo último de Jay-Z

Por JD Romero, @JD_Romero23

Los negros no saben ir a los sitios y comportarse o vestirse adecuadamente y es por eso que no llegan a ningún lado“, así de tajante era una de las intros de Reasonable doubt (1996), la obra maestra en forma de álbum de debut que significó la puesta de largo del que se acabaría convirtiendo de uno de los raperos (y celebridad a todos los niveles en Estados Unidos) más exitosos de la historia. Y esa declaración de intenciones es bastante significativa si analizamos la carrera del de Marcy projects (Brooklyn) con cierta perspectiva: se jactaba de tener siempre las mejores ropas, pioneros en los videoclips -los primeros en grabar un vídeo en un yate en las Bahamas-, equilibrio perfecto entre hits comerciales y temas que conecten con las calles, negocios prósperos (y otros no tanto, como Tidal) que amplifican su imagen y acabar casándose con la mayor estrella pop del mundo. De muchas maneras y tal como oíamos en aquella intro a mediados de los noventa, Shawn Carter es un tipo con talento que mide cada paso que da y que ha sabido construir una carrera y un nombre mucho más equilibrado que otros como Nas (enfocado únicamente en la música) o Kanye West (excesivamente histriónico e impredecible), por citar dos ejemplos de grandes estrellas con carreras longevas en el género.

CIBASS Jay Z 4_44 one

A pesar de algunas decepciones y movimientos meramente por la moda del momento (aquel álbum con Linkin’ Park), los discos de Jay-z suelen ser eclécticos y equilibrados; colaboraciones comerciales, loops clásicos, un par de temas de sonido del momento y alguna canción intimista. Decir que Reasonable doubt, The Blueprint, The black album o The blueprint 3 son grandísimos discos es algo tan obvio que puede parecer redundante. De ese modo, y convertido en una estrella mundial mucho más allá del rap, un nuevo disco de Jay-Z es todo un evento para bien y para mal; y es que las expectativas son tan altas que es difícil juzgar con objetividad y de ese mismo modo, hay medios que se negarán a decir si el disco les resulta decepcionante.

Lo primero que uno percibe al oir 4:44 es que es un disco íntimo, casi de redención y también que tiene un sonido bastante lineal, no en vano está producido enteramente por No ID, el que fuera mentor de su ex inseparable Kanye West. La mayoría de temas del disco son de Soul deconstruido y agridulce y sólo en algunas canciones -en la segunda mitad- encontramos piezas más melódicas. The Alan Parsons project, Nina Simone, Kool & the gang, Stevie Wonder, Hannah Williams & the affirmations, The Clark sisters, Sister Nancy, Jacob Miller o Donny Hathway son algunos de los samples utilizados. Muestras (algunas bastante reconocibles como el caso de Love’s in need of love today de Steve Wonder) que funcionan bien en un disco reflexivo, inteligente sin sobresaltos, sin hits, predecible aunque también reconfortante. Un disco de rap maduro y accesible por su musicalidad (no por su comercialidad) y que sorprende por no ser tan ambicioso comercialmente como el resto de la carrera del neoyorkino.

"Time: The Kalief Browder Story" Premiere - 2017 Sundance Film Festival

El disco empieza con Kill Jay-Z, un supuesto beef con Kanye y otros que acaba siendo toda una declaración musical de intenciones, cosa que sigue en The story of OJ, llena de mensaje social a lo Spike Lee. Prácticamente todos los temas son destacables porque todos siguen la misma guía de estilo; el mismo patrón del productor No Id. Smile es bonita aunque el sample está tan desgastado que no sorprende, al fin y al cabo se trata de una muestra de uno de los mejores álbumes de Stevie Wonder (Songs in the key of life), Caught their eyes es más melódica y accesible aunque siempre bajo los parámetros de quien realiza el beat, que nunca se excede en comercialidades. El tema que da nombre al álbum sigue el mismo camino con ese toque gospel del sample de Hannah Williams que nos recuerda al primer -y mejor- Kanye West. Con Family Feud pasamos la primera mitad del disco y la cosa mejora; más soul deconstruído para dar paso a Bam y Moonlight: más de lo mismo. Probablemente es Marcy Me (corte número nueve) el mejor del disco, más fluido y que nos retrotrae de nuevo al primer Kanye. El álbum cierra con Legacy, tema que comienza con la hija de Jay y Beyoncé hablando y que suena al mejor Blueprint, o una versión de ese disco por No Id, lejos de la limpieza y orden musical de Just Blaze y Kanye West (máximos protagonistas de aquel álbum).

CIBASS Jay Z 4_44

 

4:44 es un buen disco, reflexivo, desarrollado y adulto cuyo único pecado (que para muchos será una virtud) es que está completamente realizado bajo un sonido concreto y característico. El disco es coherente aunque previsible, de modo que si te gusta quien lo produce lo disfrutarás y si no puede sonarte excesivamente compacto. No Id es un maravilloso productor que ha trabajado con Common, G-Unit, Drake, Nas, Ghostface Killah o Big Sean, un talento de los beats cuya aportación siempre es notable cuando un álbum está adornado con bases instrumentales de otros nombres pero que puede ser excesivamente lineal para un disco completo. No cabe duda de que 4;44 es un buen álbum, pero hay que recalcar que se aleja del eclecticismo coral de sus otros lp’s. También es de agradecer que a pesar de la presión mediática se aleje de los sonidos más comerciales para centrarse en los loops de soul y las letras introspectivas.

CIBASS Puntuación CIBASS Tres puntos


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