Este Royal Rumble no es mi WWE

Por Francis Rivilla

Durante estos días los aficionados al wrestling estamos pensado que cualquier tiempo pasado fue mejor. Sí, así de directo y de pesimista. El Pressing Catch, tal y como se le empezó a conocer en España en los noventa, no está pasando por sus mejores momentos a pesar de la mayor promoción de este espectáculo a través de la World Wrestling Entertainment y en parte gracias a los eventos desarrollados el pasado fin de semana en el primer gran acontecimiento del año, el Royal Rumble.

Os explico a continuación el drama.

CIBASS Royal Rumble WWE Dolph Ziggler KO

Royal Rumble Enero 2015 de la WWE: Dolph Ziggler KO

En el Wells Fargo Center de Philadelphia se celebró el pasado domingo 25 de Enero el Royal Rumble, encuentro que abre la temporada alta de eventos de la mencionada WWE y que acabará en el Wrestlemania. Este acontecimiento es comparable a la Super Bowl o la final de las series mundiales de béisbol, por lo que el Royal Rumble vienen a ser como los playoff clasificatorios. De hecho, este símil cobra mucho más sentido con la estipulación del Royal Rumble Match. 30 luchadores entrarán en el ring, uno cada noventa segundos, y serán eliminados si son arrojados fuera del ring por encima de la tercera cuerda. El último contrincante sobre el ring no solo ganará el combate sino que tendrá la oportunidad de disputar el campeonato de los Pesos Pesados de la WWE en el evento principal de Wrestlemania.

¿Qué ocurrió entonces en este combate para que los fans de este espectáculo (llamarlo deporte no me parece oportuno) estén enfurecidos con la WWE? Que por segundo año consecutivo, el ganador de este combate fue abucheado masivamente por un polideportivo a rebosar de espectadores. El luchador en cuestión es uno de los luchadores del bando de “los buenos” (conocidos como “babyfaces”: a los malosos se les conocen como “heels“) y al que el público seguidor del wrestling detesta. La cosa no queda ahí: no solo abuchearon el final del combate. El respetable estuvo abucheando durante casi toda la duración del combate. Una masa de 17000 aficionados corearon eso de “We Want Refunds!” (queremos que nos devuelvan el dinero) o “Bullshit” (algo que se dice cuando saben que intentan engañarte) durante los últimos momentos del evento principal. Quedaban tres contrincantes en el ring: Big Show y Kane, dos heels que miden más de dos metros y pesan lo que un toro de lidia, trabajando para la dirección corporativa de la empresa conocida como The Authority, y Roman Reigns, este babyface con papel de renegado tipo duro que los creativos llevan vendiéndonos durante meses como una fuerza de la naturaleza casi imparable. Pues bien, el bueno de Reigns después de recibir su correspondiente castigo acaba mandando a las otras dos criaturitas a la vez por encima de la última cuerda. Ni el mismísimo The Rock, pariente de Reigns, pudo salvar la situación siendo igualmente abucheado en su aparición al final del evento.

Royal Rumble de Enero 2015 de la WWE: Reigns sacando la basura

Royal Rumble de Enero 2015 de la WWE: Reigns sacando la basura

Está más que claro que el público tenían otro ganador o ganadores en mente: Daniel Bryan, el favorito de los fans, o Dean Ambrose, o incluso Dolph Ziggler, babyfaces que están teniendo el favor del público. Pero la dirección que está tomando la empresa es la de beneficiar a tipos altos , musculosos y con un aspecto físico entre seductor y aterrador que estos luchadores no tienen. Sin embargo Reigns, que llegó a jugar profesionalmente al fútbol americano, tiene esa planta aunque su técnica (por llamarla de alguna manera) en el ring, su carisma o su habilidad con el micro queden muy atrás de los antes mencionados.

Royal Rumble Enero 2015 de la WWE: Reign y shurprimo The Rock

Royal Rumble Enero 2015 de la WWE: Reign y shurprimo The Rock

Lo peor es que el que lleva siguiendo este entretenimiento deportivo y esta promoción en particular sabe que el que manda, el famoso Vince McMahon, es el último en tomar las decisiones y que esa es la dirección que lleva tomando desde los noventa. Puso a Hulk Hogan o Diesel por encima de luchadores como Bret Hart o Shawn Michaels, gente con mucha más técnica y carisma pero con unos portes algo menos “agraciados”que el de los primeros pero que al final del día eran los que hacían llenar estadios de gente queriendo verlos. Lo peor de todo es que incluso con la ilusión de ser un fiel seguidor de este espectáculo esa falta de creatividad a la hora de elaborar los storylines y la ausencia de carisma y espectáculo que dan los luchadores que están más arriba, termina haciendo mella en nuestra motivación y así muchos de los seguidores de la WWE acabamos desilusionados ante un producto descafeinado enfocado más a la venta de merchandising que al propio entretenimiento.


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