IronMan vs. Whiplash: Tony Stark, la cárcel y Anton Vanko

Por Scott Burton

Concebido originalmente a finales de los sesenta, Whiplash (primero Mark Scarlotti y luego Anton Vanko) es uno de los rivales, (junto a el mandarín) de Iron Man por excelencia. Con unos guantes que poseen látigos que pueden ser eléctricos o no, según la versión. El villano ha protagonizado desde hace cinco décadas muchos enfrentamientos con el vengador dorado, desde Tales of suspense #97 hasta El hombre de la máscara de hierro (una de las historias de Ironman favoritas del que aquí escribe) y culminando en su decente (estéticamente) versión en la segunda película de la saga del playboy por excelencia de la Marvel.

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Portada de la versión clásica de Iron Man versus Whiplash

Poco hay que decir del ahora archiconocido Ironman. Creado por Stan Lee, Larry Lieber, Don Heck y Jack Kirby en el 63, Anthony Edward Stark nació como una especie de reto en el que se probaba si Lee y compañía eran capaces de diseñar un personaje que se dedicara a la creación de armas y que fuese acogido por el público, recuerden que en el momento de su gestación la guerra de Vietnam no tenía su mejor momento de cara a la mayoría de la población. Al contrario que muchos de los personajes nacidos de la mente de Lee, Stark es millonario, atractivo y con grandes habilidades sociales, características de las que carece Spider-Man, por citar a otro de los personajes más populares. Durante la mayor parte de su historia, Ironman ha sido miembro de Los Vengadores y a pesar de haber sido un personaje de segunda durante demasiada parte de su historia, Marvel lo catapultó a lo más alto en la popularidad de sus creaciones gracias a una fantástica primera y tercera película propia y a la acertadísima elección de Robert Downey Jr. como Stark, personaje con el que tiene similitudes reales en cuanto a antiguas aficiones poco saludables.

Editado como historia breve de sólo cuatro números y como acompañamiento a Ironman 2 (de Jon Favreau) en diciembre de 2009, Ironman vs Whiplash profundiza, o debería hacerlo, en la razón del odio del super villano a Tony Stark. Con un supuesto ataque de Ironman a un pequeño pueblo ruso comienza esta historia en la que nadie se libra de este bombardeo aéreo; desde niños a mujeres pasando por ancianos entre los cuales se incluye el padre de Anton Vanko, que fallece con el despiadado ataque. El ruso se construye su propia armadura para vengar la salvaje muerte de su progenitor mientras Tony Stark es juzgado por los tribunales internacionales y arrestado por Crimson Dynamo, uno de sus villanos históricos por excelencia. Problemas mayúsculos para cualquier humano, más aún para alguien que (a pesar de su armadura) está acostumbrado a llevar la palabra libertad a su máxima definición.

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Mickey Rourke como Whiplash en Iron Man 2

Esta pequeña historia de cuatro números introduce al nuevo Whiplash y lo presenta al mundo con una armadura con cierto parecido a la de Ironman y, como ha sido en muchas de sus otras apariciones, en esta ocasión no va montado sobre ninguna plataforma para volar, lo cual (dicho sea de paso y como ya vimos en la mencionada y maravillosa El hombre de la máscara de hierro) hace menos emocionante e igualada la lucha contra el miembro de Los Vengadores, cosa que se intenta compensar con una lucha en la que Tony no tiene acceso (en principio) a su armadura. Anton, que en esta historia no tiene ninguna conexión con el Whiplash original (se obvia su existencia y se reescriben los orígenes) guarda una conexión con el propio Crimson Dynamo, cuyo nombre original es Ivan Vanko, detalle que no nos esclarecen pero en el que los que conozcan las aventuras de Stark habrán reparado.

Brannon Braga y Marc Guggenheim (guionistas de la historia) reconocían estar trabajando “para una estrella” al escribir este cómic, una aventura corta de Ironman que peca de sencilla, previsible y cuyo guión fuerza algunos puntos (esa armadura escondida en la cárcel, y hasta aquí vamos a contar) por dejadez, prisa o falta de imaginación. Los que habitualmente hemos seguido las historias de Stark estamos acostumbrados a verle solucionar sus problemas de manera más ingeniosa, coherente, madura y lógica, suponemos contra de la historia debido a un posible desconocimiento del personaje por parte de Braga, habitual del cine y la televisión.
Otro de los desaciertos que encontramos en la historia es la casi completa ausencia de los secundarios habituales de Ironman, sólo Pepper Potts aparece en esta historia (teniendo cierto peso en la misma) aunque se echan de menos al resto de habituales del universo propio del personaje, ya que por momentos da la sensación de que ese universo tan rico y completo creado durante años ha desaparecido casi por entero.

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Versión actualizada del combate Iron Man vs. Whiplash

Podemos decir que merece la pena leer el cómic por conocer algo más de la historia de Vanko como Whiplash, de profundizar un poco en sus motivaciones y frustraciones y por saber cómo y de donde saca su tecnología, ya que en la segunda película de la saga se desaprovecha a un actor como Rourke haciendo del villano para acabar casi caricaturizado, a pesar de una indumentaria y un físico espectacular. La lectura se hace amena, el dibujo de Phil Briones es bueno y se le aprecia el gesto de mostrar a un Tony Stark con bigote en vez de perilla, homenaje al héroe clásico en contrapunto a la revisión que suponen estos cuatro números sobre un villano tradicional de la casa. Al terminar la lectura descubrimos que Ironman vs. Whiplash no es más que un accesorio al estreno de una película, que desaprovecha la reescritura de la historia de un villano que daba para más y que si no fuera porque cuenta con un ritmo acertado y un par de momentos en los que realmente uno siente peligro real en la piel de Ironman podríamos estar ante uno de esos pocos cómics que acabamos dejando a medias. Queríamos profundizar en la nueva historia de la persona tras un villano icónico y nos encontramos con un trabajo justo, que no es ridículo pero que tampoco está a la altura y sí, sabemos que una película es un maravilloso artefacto para lanzar productos de todo tipo, pero agradeceríamos un poco más de esmero en los personajes con los que crecimos. Por suerte fue sólo un bache en la historia moderna de Ironman, que cuenta con maravillosas historias como Las cinco pesadillas o Extremis y que pronto analizaremos en Can it be all so simple para quitarnos (y quitaros) este gusto comiquero a comida rápida y a consumo olvidable.

CIBASS Puntuación CIBASS Dos puntos y medio

 


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