‘Mil maneras de morder el polvo’, Seth Macfarlane se relaja en el oeste

Dibujante, guionista, escritor, actor, presentador o director (ahí es nada) son algunos de los trabajos que Seth Woodbury Macfarlane (Connectituct, 1973) ha realizado a lo largo de su carrera. Todos conocemos la magnifica ‘Padre de familia‘, la irregular ‘American dad‘ y la genial a ratos ‘The Cleveland show‘ (una suerte de ‘Padre de familia’ con afroamericanos), series de animación en las que la palabras corrección política no existen, en una especie de mezcla entre comedia familiar imprevisible, barbaridades, los -ya clásicos- flashbacks sello de la casa y muchas, muchas referencias culturales.

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Para probar nuevos caminos, concretamente el del largometraje, en 2012 escribió y dirigió ‘Ted’, una maravillosa comedia con destellos y referencias para geeks para la cual contó con ‘Marky’ Mark Wahlberg y Mila Kunis, junto a los cameos y apariciones sorpresa de turno. ‘Ted’ fue una comedia que daba lo que se esperaba de su director; era imprevisible (sí, otra vez esa palabra), era dinámica, tenía muchas ‘perlas’ para amantes del cine y el cómic y, sobretodo, era muy muy burra. Macfarlane se pasaba al cine y lo hacía notablemente, había superado la prueba y los productores no tardaron en ofrecerle el correspondiente cheque para la segunda parte.

Sólo dos años después nuestro querido Seth nos entregaba una película que habíamos esperado con ansias desde que comenzamos a saber de ella meses atrás: un western en tono de comedia repleto de estrellas. Nada podía fallar, o sí.

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A Albert (el propio Macfarlane) lo deja su novia (Amanda Seyfried) por el chulo del pueblo (un vendedor de productos para bigotes, interpretado por el siempre correcto Neil Patrick Harris). Para demostrarle a su ex pareja que no es un cobarde, una atractiva pistolera (interpretada por Charlize Theron) enseña a Albert a manejarse con el revólver, hasta que aparece el marido de la guapa cowboy (Liam Neeson haciendo del Liam Neeson de los últimos diez años) y se lía.

Con esta sencilla premisa nos encontramos con una película que peca de infantil o ‘mainstream’, lo que antes eran referencias culturales ahora son chistes de caca-culo-pis y lo que antes fue dinamismo ahora es alargamiento y repeticiones de chistes. Macfarlane se entrega al gran público dándole lo que quieren, y sin embargo, consigue menos taquilla que con su anterior película. El público del creador de ‘Family Guy’ no es el mismo que el de ‘Transformers’ y donde había referencias pop no puede haber ahora escatología metida con calzador, las dos cosas pueden convivir, pero no que una sea sustituida por la otra. Y sí, hay un MARAVILLOSO gag haciendo referencia a ‘Regreso al futuro‘, pero no es suficiente por muy genial que sea.

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Esperaremos al año que viene para consolarnos con ‘Ted 2’ y creemos que las tibias críticas de ‘Mil maneras de morder el polvo’ harán recapacitar al de Connectituct y siga por el camino que le hizo grande en el género de la comedia irreverente con toques para nerds. Macfarlane se relaja en el western y, ojo, la cinta no aburre, pero su osito de peluche era mucho más salvaje que su salvaje oeste, permítanme la redundancia.

 

Scott Burton

 


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