Psicología sencilla y personas contaminantes

Por Redacción CIBASS, @CIBASS_Blog

Todos somos humanas o humanos y por supuesto, todos y todas estamos sometidos a las vicisitudes de la interacción con humanos en el día a día. No somos especialmente haters ni vamos por ahí proclamando -hacía Bender- “Kill Humans“, pero es cierto que a veces eso de relacionarse con el prójimo, con la prójima o con los prójimos es una verdadera lata. Tampoco queremos ponernos demasiado PauloCoelhianos, la verdad, pero cierto es que a veces bien vale establecer un pliego de descargo suficiente como para aliviar nuestras frustraciones y lanzar con muchas ganas una piedra al estanque de Internet (en lugar de echarse a la calle a practicar la caza de humanos, claro).

El caso es que a veces estamos realmente hartos, cansados y al ponerlo en común entre los miembros de la redacción de CIBASS llegamos a cierta conclusión: no estamos solos. Hay factores comunes, patrones identificables e incluso situaciones que parecen clonadas. Joder, que plan de gente.

A decir verdad todos y todas tenemos ese compañero de trabajo frustrante y frustrador que se dedica a minar nuestra alegría atacando nuestras propuestas con su pesimismo innato. Ese al que durante las tres primeras ocasiones tomamos como “alguien particular” y su actitud como “algo anecdótico” pero con el paso del tiempo ya hemos sido capaces de ubicar mejor como un verdadero problema con patas, un cáncer para el equipo y para la empresa y en resumidas cuentas, un cenizo muy cargante. Estamos cansados. Que se aleje de nosotros, por dios.

Y este es solo un tipo. En realidad estamos rodeados de muchos. En realidad estamos rodeados de monstruos, así que mejor aprender a reconocerlos. De eso va esta obrita que comentaremos amistosamente hoy en este su blog amigo: Gente Tóxica, de Bernardo Stamateas. Un pequeño tratado recopilatorio de conductas a identificar y a desplazar de nuestra vida diaria con la idea fuerza de poder mejorar nuestros entornos.

 

gente tóxica

 

De eso va esta pequeña obra. Nada científica, evidentemente y que seguramente le cause un inicial rechazo por su rollo “autoayuda”, ese del que normalmente todos huimos (nosotros los primeros) Pero ¿saben qué? que aunque resulte más intuitivo que científico, la obra de Stamateas es interesante: nos dota de un corpus extenso que recoge de manera bien categorizada y organizada todo un set de ejemplos conductuales complementados con sus tácticas de poder elementales, con el objetivo básico de que al menos las identifiquemos en el día a día justo cuanto se produzcan. Con el objetivo avanzado de que cuando llegue el momento seamos lo suficientemente inteligentes como para no ser la carne de cañón de los chantajes y presiones de toda esa gente que nos rodea y sería más grato tenerlas agrupadas en algún lugar como la fortaleza de la soledad de Superman (por poner un ejemplo). Sí, seamos reacios a ser manipulados, a sentirnos culpables de manera gratuita y a ver nuestra motivación reducida a escombros solo por que el tóxico o tóxica de turno decidió jodernos el día. Ya basta. Comencemos por identificarlos. De eso va este librito, disponible por un precio ridículo en cualquier cajón de saldos de librería y que resulta ser toda una biblia de la toxicidad. Si lo ve en algún estante, no lo deje pasar. Se lo recomendamos.

 

Y por supuesto, no caiga en el fantasma de la relativización: un chulo es un chulo, un tipo agresivo es un cabrón maleducado y violento, un chivato es alguien deleznable y todos son en conjunto un grupo ponzoñoso de subseres con los que por diferentes motivos debemos compartir nuestro día a día. Pero no nos harán ser la palangana ni el orinal que debe recoger sus vómitos o sus asquerosos residuos relacionales. Se acabó. Hágase fuerte y gane entereza. Esto no ha hecho más que empezar y en base a la lectura de este librito, alucinará identificando patrones de conducta y poniéndole nombre y apellidos a tantos perfiles personales y tanta conducta tóxica.

 

Sin miedo, sin complejos. Juegue a hacerse a si mismo preguntas de este tipo…

¿Se ha sentido triste o inseguro tras terminar una conversación una persona en concreto?, ¿Ha sentido como ha terminado ‘agotado’ o sin energía tras un encuentro de este tipo?.

Debe alejarse lo más posible de este tipo de personas, no va a poder cambiarlas (a pesar de que probablemente ya lleve intentándolo años).

Probablemente no han conseguido sus metas en la vida, posiblemente no trabajen lo suficientemente duro o no estén contentas consigo mismas por la razón que sea; la cuestión es que son un parásito de energía porque están resentidas con la vida… seguramente ya tiene en la cabeza a varias personas con este perfil, ya sabe sus nombre y apellidos. ¡Bien! es un paso muy necesario.

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No se fían de nadie (de la misma manera que usted no se debería fiar de ellas), sólo se alimentan de energías negativas (no responden con entusiasmo a las buenas noticias o a los proyectos positivos) y todo lo interpretan de la peor manera posible.
Su vida es constante resentimiento e ira, incluso aunque no sepamos por qué, y por supuesto, no se alegran del éxito ajeno, porque eso les resta aun más valor.

Puede reconocerlos porque ante ellas se sentirá inseguro o indefenso, aléjese. Salga corriendo. O mejor aún, hagan que ellas sean las que salgan corriendo.

 

CIBASS Puntuación CIBASS Dos puntos y medio

 


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